Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Como ya ha ocurrido en otras localidades de nuestra provincia y del país, tanto Colón como San José, ciudades hermanadas y hasta cabría decir con solo apenas mentir, adosadas, se las ha visto sumarse a tantas otras que se les han anticipado, en ir volviendo a la normalidad. O si se quiere, a entrar en una “nueva normalidad” -como ahora se dice, y todo hace pensar que así será, con lo bueno y lo malo que ello puede significar-, de una manera irreversible.

Los datos oficiales conocidos dan cuenta del hecho que los de los de la comarca, están entre los menos golpeados por la peste. Todo ello, a pesar del hecho que Colón ciudad lleva al departamento de que es cabecera, al podio de los tres con más casos confirmados de enfermos por la peste. Se debe entonces, dar las gracias a quienes en una emergencia de la que el país no termina de despedirse, han trabajado mucho y bien en favor de los que vivimos en la comarca.

Al mismo tiempo que expresar el sano orgullo que despierta la paciencia prudente de la abrumadora mayoría de su población ante el estado de aislamiento -el cual, con el transcurrir de los días, se volvió cada vez más penoso-, mientras nos imponemos el deber de disculpar actitudes enojosas y comportamientos no siempre deliberadamente irresponsables, a los que se asistió durante este período.

Pero de cualquier modo, es necesario estar alerta respecto a lo que pueda llegar a volver, y que se conoce con el ominoso nombre de “rebrote”. Es por ello que sería de interés que, dentro del ámbito de la administración sanitaria, existan quienes se ocupen de desagregar la información vinculada con los casos confirmados, incluyendo su categorización por edades y otras circunstancias que se consideren indispensables, a la vez que dejar bien en claro -a los fines exclusivos de prevenir eventuales errores o imprudencias futuras- los caminos que permitieron la introducción del virus en nuestras comunidades, de manera de poder así, obturarlos.

Al mismo tiempo que quienes están en condiciones de brindar una respuesta, teniendo en cuenta la experiencia vivida, atender a la posibilidad de que cualquier rebrote, sea encarado de una manera que no signifique el estado de virtual confinamiento vivido, como forma de hacer posible que, en medio de esas conjeturables circunstancias, puedan los vecinos de nuestras comunidades locales “circular” dentro de ellas libremente, obviamente, adoptando las necesarias precauciones.

En tanto, la experiencia debería servir también para incorporar plenamente las pautas de comportamiento social que hacen a toda pacífica y sana convivencia, de las que en tantas ocasiones nos hemos preocupado, con tan pocas y por ende escasas excepciones, de atender en tiempos que parecen idos.

Es que ello, como la pandemia, ha permitido que descubramos que las emisiones de gases a la atmósfera, consecuencia de diversas actividades no todas ellas productivas, conspiran contra la posibilidad de ver el cielo con sus colores verdaderos, a través de un aire límpido, también ella debe servirnos para que demos muestra de una disciplina autoimpuesta, en nuestros comportamientos como integrantes de la sociedad, que nos permita a todos vivir juntos de una manera menos conflictiva.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario