Partiendo a su vez de la base que en materia de gestión, no se puede hablar estrictamente de “gobierno municipal”, sino que lo que correspondería es mencionarla como una administración. En tanto, en tren de encontrar una explicación a la confusión apuntada y cada vez más frecuente, y de hacerlo con malevolencia, cabría decir que ello acontece porque cada vez más se da el caso de “municipalidades que se invisibilizan”, no por el hecho que por la calidad de su gestión no tenemos motivo para mal acordarnos de ella, sino precisamente por lo inverso, cual es que por su hacer tan mal las cosas –y eso en el caso que las hagan- es como si existiera.
En tanto, consideramos que las primeras tienen oportunidad de exhibirse coherentes con su buen comportamiento señalado, y las otras de reparar, aunque más sea en parte, esa mezcla común en ellas de torpeza y de desidia; aportando en el caso que sea necesario, salvo el caso que ya no lo estén haciendo, para que las escuelas existentes dentro de sus límites, y aun de las vecinas ubicadas mas allá de aquéllos, estén desde el punto de vista edilicio en las mejores condiciones posibles, al momento del retorno a las escuelas programado para el próximo primero de marzo.
Un pedido que resulta apropiado no solo para estos tiempos de pandemia, ya que debería ser una preocupación permanente – como lo es en numerosos casos- la contribución en la materia. Pero que en las actuales circunstancias serviría, por añadidura, para acallar los reparos que ponen algunos sindicatos de trabajadores de la educación, para abstenerse del dictado de clases, en función del hecho que el estado de la edificación escolar sigue siendo el mismo que el de los tiempos anteriores a los de la pandemia.
