En los primeros párrafos, los trabajadores reconocen que la Cooperativa COTRAPRETEL, propietaria del diario, en la realidad nunca funcionó como tal: “El diario siempre estuvo dirigido, en los hechos, sólo por Luis Alberto Mazurier, cuya actuación es arbitraria e ilícita, ya que el paradigma de su gestión unipersonal abolió la conciencia colectiva en el desarrollo administrativo-estatutario, plural, democrático y solidario, aprovechándose además, de los contactos políticos para empoderándose en forma absoluta y formatear durante tres décadas consecutivas a los trabajadores asociados como si fuesen empleados de la entidad, configurando así, un tipo de cooperativa con ‘dueño’.”
Reforzando tal concepto, aluden a “diversos fallos por juicios laborales”, que han llegado a la misma conclusión. Es decir, que “si bien figura como cooperativa, no funciona como tal, considerando a los asociados como trabajadores informales”.
No por casualidad, los trabajadores firmantes le informan al INAES que “el nombrado Mazurier tiene una elevación a juicio por presunto peculado, donde el Juez de Garantías Dr. Darío Mautone, dispuso “la apertura de la etapa de juicio” y remitió a la Sala Penal de Concordia la causa caratulada “MAZURIER, LUIS ALBERTO y OTROS s/PECULADO” Leg. N° 6338/10). Por dicho proceso, tiene inhibido todos los bienes y cuentas personales de él y su familia, estando imputada su actual concubina y su presunto hijo -que no lleva el mismo apellido-, y que utilizaría como presta nombre”.
Bienes comprados en remates con los fondos de COTRAPRETEL
La referencia a dicha causa judicial se entiende en el párrafo siguiente, cuando los trabajadores explican y denuncian: “La única cuenta que no está inhibida es la de la cooperativa, la cual está siendo utilizada de forma personal, sin rendir cuentas sobre los excedentes anuales, que resultan de propiedad de los asociados, y que sin embargo no han sido distribuidos. Esta disposición arbitraria, y discrecional de los fondos pertenecientes a la cooperativa incluye compras en remates de diferentes propiedades y mobiliarios que nada tienen que ver con las actividades y el objeto estatutario de la entidad; siendo dichas operaciones nunca informadas al órgano asambleario -sus asociados- como ordena el Estatuto y la ley”.Más adelante, relatan “una negativa absoluta del Sr. Mazurier, efectuada verbalmente, de entregar los libros, el acceso a la cuenta bancaria, y toda documentación requerida para el buen funcionamiento de la entidad. Respecto a la cuenta bancaria, aún la continúa manejando el Sr. Mazurier, a su antojo, pues los requerimientos realizados por el Banco Credicoop respecto a la actualización de las autoridades de la cooperativa no ha sido respondido en debida forma por el Sr. Mazurier”.
La nota ilegible con la que intentó romper una asamblea
En otro pasaje de la denuncia ante el INAES, los firmantes relatan lo ocurrido durante una asamblea el 6 de marzo de 2021: “Una vez acaecido el día para la realización de dicha asamblea, y con la presencia de la mayoría de los asociados en el horario de la convocatoria, se presenta el socio-“dueño”, Luis A. Mazurier, con una nota –en malas condiciones legibles- que decía estar firmada por el secretario -en cuyo escrito era promovido a presidente. Ante tal artimaña exhibida, se le solicitó que muestre el acta del Consejo de Administración donde “se asienta” la suspensión y los motivos de la misma, como así también, la presencia del secretario/presidente para que dé explicaciones sobre lo ocurrido, pero el asociado L. A. Mazurier lo había diligenciado para una supuesta nota periodística y no se encontraba presente en la sede social, lo que reveló sus verdaderas intenciones: romper la asamblea y que todo siga igual”.Mazurier sumariante
Por último, la carta-denuncia al INAES detalla que “como corolario de esta asunción de funciones de hecho que realiza el Sr. Mazurier dentro de la cooperativa, sin tener facultades para ello, se ha hecho designar Sumariante en dos sumarios administrativos iniciados a los asociados Luis Mandarino y Marcela Noir Arrua, cuando claramente no se encuentra facultado para ello”.Los firmantes explican que sólo pueden ser sumariantes los miembros del Consejo de Administración y que Mazurier no lo es. Y concluyen que su “autodesignación” es un “acto de persecución laboral hacia quienes pretenden que la cooperativa funcione en legal forma”.
