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Desde el viernes al mediodía, los móviles de la línea 9 de Concordia están guardados en un galpón y no salen a hacer su recorrido habitual.
Luego de meses de crisis, la empresa vive una parálisis y los trabajadores realizan protestas y piden reuniones con funcionarios municipales para buscar una solución al conflicto, a la vez que apuntan a la familia Timón, dueña de la ex cooperativa. Augusto Timón, representante de la línea 9, dialogó con Ahora Más (Lunes a viernes de 9 a 12 en www.oidmortalesradio.com.ar) y contó detalles sobre lo que ocurre. “Lo que está pasando es un conflicto que viene desde hace un tiempo. Como todo el mundo sabe, los dueños de la línea 9 fueron históricamente integrantes de la familia Timón, pero cuando dejó de ser una Cooperativa y se convirtió en una Sociedad Anónima Simplificada mi padre decidió darle acciones a dos empleados de él, teóricamente de mucha confianza. Nosotros siempre estuvimos en desacuerdo con esa acción, pero sucedió igual”. “Nos hicimos cargo de todo y los 3 socios teníamos 33% cada uno de las acciones de la empresa. Matías Daniel Romero y Joaquín Lejarreta son los otros dos empleados de mi papá que tenían acciones y ahora lo que ocurre es que nos desayunamos el jueves pasado que hace casi un año, Romero le compró las acciones a Lejarreta y quedó como máximo acreedor, accionista y responsable de la empresa. Todo sin consultarnos ni avisarnos”, aseguró y agregó: “Si hubiera sabido eso no hubiera andado pidiendo plata, embargando bienes y demás para hacer funcionar la línea”.

Acerca de lo que sucede en el plano económico, especificó: “Tenemos un problema de arrastre desde noviembre o diciembre porque la municipalidad no cargó los datos de la empresa y por eso jamás pudimos cobrar subsidios nacionales en tiempo y forma. Recién la semana pasada pudimos cobrar un dinero de noviembre y el subsidio de febrero, y estamos a mitad de año. Las otras empresas tienen subsidios adelantados, están por cobrar abril y nosotros estamos en febrero, eso nos complica”.

Además, explicó: “Hay un fideicomiso que está a mi nombre y lo hicimos para cobrar ese dinero, pero Romero no quiere firmar y entonces el dinero no entra y no podemos mejorar la situación. Hicimos una moratoria de pago, que se debitaba del subsidio nacional, pero eso dejó de venir y se complicaron los pagos. Romero se negaba a firmar documentos que eran necesarios para los cobros, y ahora que entró el subsidio lo embargó la deuda”.

Los trabajadores iniciaron protestas luego de esperar durante meses el dinero que les corresponde por su trabajo, pero según Timón, la situación es complicada. “Los empleados están divididos. Me llegó un documento de unos 15 empleados diciendo que están de paro porque no se les paga. El viernes le dimos nuestro terreno, nuestro galpón, los colectivos para que se haga cargo a Romero y no compró ni un agua destilada. Romero va a los medios a hablar de nosotros y debería poner los colectivos a trabajar. Tiene las llaves en su oficina y siquiera tiene relación con los empleados que han trabajado toda la vida con nosotros. No quiso pagar los fondos en fideicomiso que son más de 3 millones de pesos. Yo con eso ya habría pagado los sueldos, reparado los colectivos parados y demás. Si yo hubiera sabido que él se manejaba de esta manera, no se si habría tomado mi parte de la empresa”, mencionó.

Al hablar específicamente de su familia, refirió: “No tenemos la capacidad accionaria para hacernos cargo de la situación de la empresa. La queremos, si me dan las acciones demoro nada en volver a sacar los colectivos a la calle y después lucharemos por cobrar el subsidio y ponernos a la par de las otras empresas. Yo estuve pagando para trabajar, porque por otros problemas tenemos cuentas embargadas, quizás el servicio era malo, pero yo pagué”.

- ¿Cuál es la solución, entonces?

La solución para nosotros es que nos den la capacidad accionaria y yo aseguro que en media hora pongo los colectivos a trabajar en las calles. Nos reclaman a los Timón, pero no podemos hacer nada si estamos en minoría.

Si a mí no me dan la capacidad accionaria para poner de pie la empresa, perderemos todos, no puedo volver un año atrás y pedirle al otro empleado que no venda sus acciones. Realmente me interesa que mi viejo no pierda todos los años de trabajo que tuvo. La línea 7, la 3 fueron ‘craneadas’ por mi padre y no quiero que se pierda eso. Temo que la gente siga estando sin servicios, que mis empleados se queden sin trabajo, porque sería horrible que queden personas en la calle.

Me da miedo que otra empresa agarre la línea porque necesitarían solo choferes y quedarían mecánicos, inspectores y otras personas que quedarían sin nada. El problema es grave y está en manos de una persona que solamente tiene intereses personales.
Fuente: El Entre Ríos - Oíd Mortales Radio

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