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Juan José Bahillo ha sido designado como secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, por el flamante ministro de Economía Sergio Massa. Hasta ese momento el nombrado formaba parte del gabinete del gobernador Bordet al frente del Ministerio de Producción, Turismo y Desarrollo Económico.

Eran entonces, seis los ministros, y a partir de ahora seguirán siendo seis, por cuanto si bien el Ministerio que ocupaba Bahillo sigue existiendo, a partir de este momento se convierte en una curiosidad, cual es el ser un “Ministerio, sin ministro y sin funciones”, circunstancia que es suplida con la elevación al rango ministerial a quien sigue ocupando una Secretaría. Es que, al efectuar un anuncio, con la reestructuración que significa el alejamiento de Bahillo de su cargo, el gobernador Bordet afirmó que “el Ministerio de Producción no se disuelve, sino que se reasignan funciones (¿?)” O sea que los ministerios del Ejecutivo Provincial seguirán siendo seis como hasta ahora, o sea: Ministerio de Gobierno y Justicia, Ministerio de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas, Ministerio de Salud, Ministerio de Desarrollo Social y Ministerio de Producción, Turismo y Desarrollo Económico (éste, un Ministerio “vaciado”, tal como se acaba de ver).

Ello así, en cuanto a pesar de ese desguace, siguen siendo seis son los ministros, ya que como consecuencia de lo señalado, el Secretario General de la Gobernación ( y por ende esa Secretaría), recupera el rango ministerial que había perdido en el año 2019. Ya que, como consecuencia de la reasignación de funciones, las secretarías de Ganadería, Industria y Minería pasarán a la órbita del Ministerio de Economía, mientras que la de Turismo, Ciencia, Técnica, y Ambiente pasarán a la Secretaría General de la Gobernación. Todo lo cual es de por sí confuso, en la medida en que da una impresión de apresuramiento y desprolijidad; lo cual a la vez resulta más notorio, teniendo en cuenta la manera prolija, meditada y transparente que son cualidades que siempre han prestigiado a nuestro gobernador.

Es precisamente por eso que, en el contexto descripto, los hechos a los que nos referimos, suenan como la explosión de una bomba. Ya que, por una parte, en apariencia hubiera sido más sencillo eliminar el ministerio de la Producción, Turismo y Desarrollo Económico, reasignando sus funciones a uno o algunos de los ministerios actualmente existentes. Y por la otra, es notorio que deja de “cuadrar” el nombre de Secretaría General de la Gobernación, para un órgano que el ver ampliada sus funciones, ha visto perder su especificidad. Es que tampoco nos hubiera parecido adecuado que esa Secretaría modificara su nombre, para pasar –por ejemplo- a denominarse “Secretaría General de la Gobernación y Anexos Varios”.

De cualquier manera, más allá de las intencionalidades que puedan verse detrás de la decisión gubernamental, resulta innegable que la misma apunta al rumbo correcto, si se tiene en cuenta la necesidad. nunca del todo atendida, de reestructuras “de verdad” al gobierno, de manera de despojarlo de todas esas frondosidades superfluas, que solo sirven para conferir pretendidas distinciones honoríficas a quiénes se convoca; o de vestir con un disfraz de “ocupado”, a tantas personas no solo sin trabajo, sino que no son tampoco afectos al mismo.

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