En medio de las dificultades para instrumentar ajuste y la falta de rumbo de las medidas, la jugada política del gobierno consistió en levantarle el precio de manera deliberada a una supuesta movilización de 50 mil personas.
Pero la marcha fue de sólo 2 mil personas, por lo que Patricia debió salir a explicar que en realidad los piqueteros se quedaron en sus casas gracias a su protocolo y las amenazas de quitar planes sociales a quienes cortaran las calles.
Además de atribuirse la escasa convocatoria de la marcha de la izquierda, Patricia sugirió que los piqueteros cambiaron el itinerario por el operativo exitoso de la policía. Durante la jornada sobrevoló la sospecha de un acuerdo entre el Gobierno y los manifestantes, ya que ambos pudieron mostrar "éxito". El Gobierno por impedir que cortaran la 9 de julio como se esperaba en la previa y los piqueteros por haber podido llegar a Plaza de Mayo a reclamar.
El escenario cambió radicalmente luego de la cadena nacional de Milei en la que anunció la firma del DNU de desregulación total de la economía.
Miles de personas se convocaron en distintos barrios porteños como Palermo, Caballito, San Telmo, San Cristóbal y Villa Crespo para cacerolear contra el anuncio de Milei.
Los caceroleros cortaron las avenidas y cientos de ellos marcharon al Congreso, en donde también se cortó la avenida Entre Ríos. Es decir que el éxito que se atribuyó Bullrich duró sólo algunas horas.