La jueza Noemí Berros le había otorgado el beneficio el 16 de mayo de 2025, a pedido de la defensa, debido a la necesidad de asistencia médica permanente. Hasta entonces, cumplía prisión domiciliaria en su vivienda de Crespo, tras la condena de 2022 por quiebra e insolvencia fraudulenta.
El apellido Waigel había construido, desde mediados del siglo XX, una reputación de esfuerzo y progreso en Crespo. La historia comenzó con Miguel Waigel, padre de Artemio, quien se dedicó al transporte de arena y piedra. Más tarde abrió un negocio de ramos generales, donde sumó a sus hijos Artemio y Fermín.
El crecimiento fue vertiginoso en la década del ’70, con la expansión de la construcción y la avicultura. “Miguel Waigel y Cía se convirtió en la proveedora más grande de Crespo y la región, con un ascenso importante en pocos años”, describió el historiador Orlando Britos en su libro Waigel.
El grupo llegó a conformar un conglomerado de doce firmas, entre ellas Transwai SRL, Construwai SA, Cementos del Paraná SRL y Waigel Comercial SRL. Durante años, el crecimiento se sostuvo con operaciones comerciales y financieras en base a los ahorros de vecinos de Crespo y de otras localidades entrerrianas.
En 2009, la separación administrativa entre los hermanos Artemio y Fermín marcó el inicio de un deterioro que derivó en el colapso del grupo.
Entre 2008 y 2009, salieron a la luz las maniobras que la Justicia calificó como la mayor estafa financiera de Entre Ríos. Más de 1.500 personas resultaron damnificadas, junto a la propia AFIP. El perjuicio superó los 65 millones de pesos de la época, y alrededor de 200 trabajadores quedaron en la calle.
La causa judicial derivó en la condena de 2022 contra Artemio Waigel por quiebra e insolvencia fraudulenta. El impacto social y económico fue devastador: familias perdieron sus ahorros y empresas locales se vieron arrastradas por el derrumbe.
La trayectoria de Artemio Waigel resume un recorrido extremo: de un apellido asociado a la seriedad y el trabajo, a convertirse en sinónimo de una estafa que cambió el mapa económico y social de la ciudad de Crespo.
Su muerte, en silencio y bajo estricta reserva familiar, cierra un capítulo que aún resuena en Crespo y en la provincia. Los restos del empresario descansan en su ciudad natal, donde todavía se recuerda el esplendor y la ruina de una de las empresas más importantes de la zona.