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En las últimas semanas, la inestabilidad del dólar volvió a sentirse con fuerza en todo el país y Concordia no quedó ajena. La suba constante de la divisa estadounidense genera incertidumbre en comerciantes, personas que ahorran y familias que ven cómo los precios cambian casi de un día para otro.

Por Rosario Costa*

Para introducirnos en el punto donde convive este conflicto, nos posicionamos y consultamos en algunas casas de cambio de la ciudad. Desde una tradicional casa de cambio de calle Entre Ríos, comentaron: “La gente entra preguntando más de lo que compra por ahí. Vienen para saber si va a seguir subiendo, si conviene esperar o vender lo poco que tienen. El problema es que nadie puede decir mucho que va a pasar, porque nadie sabe”. “Un día está todo bien, dentro de lo que se puede; y pasa una semana y se pierde todo más o menos”, agregaron.

En otro local, ubicado sobre calle Urquiza, señalaron que la operatoria se volvió algo irregular: “Antes había un movimiento seguido, pero ahora son picos, como vaivenes: un día se llena de gente desesperada por comprar, y al siguiente no entra nadie porque ya no alcanza”.

Lo cierto es que la brecha entre el dólar oficial y los distintos paralelos también impacta en Concordia. Muchas personas aseguran que la cotización que realmente rige es la del “blue” y que los precios de la canasta básica o de productos importados se ajustan de acuerdo a ese valor.

La asesora de un local de cambios y transferencias de Villazorraquin, ubicado por Av. Monseñor Rosh hizo un panorama en cuanto las personas, que, al estar alejados del centro, comenzaron a recurrir más seguido para este lado, pensando que el trabajo de cambio es distinto. “En realidad es raro ver gente nueva, digamos que siempre entran y salen los mismos porque son del barrio. Pero lo que está bueno es que aparte de que ingrese más gente, subestiman lo que ofrecemos. Estamos igual o peor que las casas del centro, pero nos motiva a seguir y nos ayudó a que tenga más clientes”, dijo.

En tanto, las personas que hacen cambio de forma individual, que no son muchas, tienen un gasto menos notorio que bombea la base de todo. “Yo no tengo un local, no pago un alquiler, estoy en mi casa, cualquier problema tengo una operadora. Obvio si me perjudica el dólar, como a cualquier argentino; pero mi manera de hacer cambio me ayuda a mantenerme ahí, en el margen” , señaló una persona que se dedica al tema.

La situación refleja un problema de fondo: la falta de estabilidad económica y la ausencia de políticas que brinden alguna resolución. Dé todos modos, los concordienses buscan estrategias individuales y también colectivas para cuidar sus ingresos, aunque sea de manera limitada.

En este escenario, lo que queda claro es que la crisis del dólar no es solo una noticia nacional: en cada mostrador de cambio en Concordia y en varios lugares se vive a flor de piel, preguntas sin respuesta y una sensación de que lo que hoy vale, mañana ya puede haber cambiado.

*Estudiante de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social (Instituto de Profesorado Concordia).
Fuente: El Entre Ríos

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