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Monolito en el lugar del atentado
Monolito en el lugar del atentado
Monolito en el lugar del atentado
Entrevista de Luciano Borcard

-¿Quién fue el carrero Julio Modesto Gaillard y cómo fue su viaje final?

Lo que sabemos es que fue uno de tres hermanos que llegó con su familia desde Europa y se instaló en la zona de Concepción del Uruguay y Colón y de ahí se fue a vivir a Villaguay, donde se casó, tuvo hijos y se hizo una casa que aún está de pie. Tenemos versiones aún no confirmadas que dentro de su descendencia una nieta o un nieto suyo estarían viviendo en Villa Elisa. Era carrero y hacía viajes por toda la zona a través del camino viejo que unía Colón y Villaguay que pasaba por La Clarita, Hocker y Pueblo Liebig. Un día el editor de diarios Antonio Ciaspucio lo contrata para llevar una imprenta de Colón a Villaguay para fundar el diario El Pueblo, que finalmente lo pudo hacer y es el mismo que existe hoy en día, y ahí es donde sucede la tragedia. Lo matan el 7 de enero de 1907 a la vera del Arroyo Santa Rosa, que es donde tiran la imprenta y nadie la saca hasta el día de hoy. Al cuerpo lo encuentran después de unos días en avanzado estado de descomposición por las altas temperaturas y el paso del tiempo y lo reconocen por unos aros que había comprado para su esposa como regalo de Reyes Magos porque ella se lo había pedido. Todo esto se trata de rescatar la libertad de prensa y la vida de un periodista como fue Ciaspucio que estuvo preso varias veces por desobediencia, desacato o calumnias e injurias y por eso sufrió el efecto de la tuberculosis porque a propósito lo pusieron en la celda trece con personas que tenían esa enfermedad. Entre el frío que pasó y los dos años y dos meses de cárcel lo llevó a morir prematuramente a los 37 años.

-¿Cómo se hace para llegar a ese lugar donde ocurrió la primera tragedia?

Estando en Villa Elisa se va por Ruta Nacional Nº 130 hasta el kilómetro 43 y se dobla a la derecha para hacer once kilómetros en un camino de ripio hasta llegar a una escuela rural y después de ahí son dos kilómetros de tierra a la izquierda. Antes de llegar a la calzada, del lado izquierdo se van a encontrar con un monolito que construyó la Unión Cívica Radical a modo de homenaje al cumplirse un nuevo aniversario del asesinato en 1939. Estuvo muchos años abandonado y tapado de pasto, pero ahora está mucho más visible porque hace unas semanas fuimos con comunicadores y empleados municipales de Villa Elisa y Villaguay a limpiarlo. Ahora hay que nivelarlo con maquinaria porque se está por caer al arroyo. En cuanto a la placa original de mármol, se está restaurando en Gualeguaychú y va a volver al museo de Villa Elisa donde va a tener un lugar destacado y un cartel que haga referencia a la historia y a su significado.

-¿El poder político de la época fue responsable de estas dos muertes?

Alberto Montiel y Juan Severino Hermelo eran socios en varias fechorías como fueron estas dos, entre tantas otras. Pero antes que Ciaspucio falleciera, esa sociedad se disuelve, entonces Hermelo va a la cárcel de Concepción del Uruguay a ofrecerle disculpas. Incluso la nieta, Inés Ciaspucio, aún conserva una carta que le manda su abuelo a su abuela, doña Jovita, contándole de esta especie de reconciliación. Este hombre, que no sé si fue realmente el encargado de la muerte pero sí el responsable de que la imprenta no llegara, tiene una calle muy importante en Villaguay, mientras que Ciaspucio una cortada. Creo que sería complicado modificar alguna de esas realidades, pero al menos se pueden revisar y poner en debate algunas cosas con elementos y argumentos. Pasaron muchas cosas y lo que yo intento reivindicar acá es el coraje y el valor de un periodista que enfrentó el poder cuando hubiera podido tranquilamente aliarse a ellos y hacer una buena diferencia económica como pudiera hacerlo alguna persona que no tenga suficiente nobleza en la profesión y así lo pagó, con su vida. Creo que nosotros cuando festejamos el día del periodista tenemos que buscar algún modelo que nos lleve a ver cuáles eran los ideales del periodismo y hasta qué punto se llegó a arriesgar la propia vida y la de toda una familia.

-¿Existe la idea o la posibilidad de instaurar un nuevo día del periodista a nivel local o regional?

No, creo que sería una osadía pensar en eso. Me parece que sería sí buena la idea de que con el paso del tiempo se ponga bien en valor, se señalice y se mantenga el monolito aprovechando que se puede hacer un camino rural, turístico, alternativo o de paseo al estar entre Villa Elisa y Villaguay y que la historia no se pierda tras las generaciones al estar plasmada en algún tipo de epígrafe en el lugar, como El Camino de los Colonos por ejemplo. Cuando se saca la placa y la destruyen mucha gente dejó de tener referencias sobre el significado del monolito, incluso algunos llegaron a creer que era por la Batalla de Santa Rosa, pero no. Creo que si se concretaría le haría muy bien a toda nuestra historia porque en menos de diez kilómetros de distancia pasaron muchas cosas. Fijáte que ahí estuvo peleando ni más ni menos que José Hernández, el autor del Martín Fierro. A todo esto ya lo contaba el profesor Horacio Francou en su libro “El faro de la cuchilla” hace 50 años, pero lamentablemente todo esto ya se olvidó y no se tiene mucho en cuenta. Los que comunicamos muchas veces vemos cosas que los gobiernos no ven o no les interesan, pero cuando todos nos demos cuenta de lo importante de educarse sabiendo de la historia que pasó por acá seguramente habremos alcanzado un logro muy importante. Hay que encaminar las direcciones de los caminos nunca transitados hacia los lugares donde la historia pasó y pisó fuerte porque creo que esa también es nuestra obligación. Hay que abrir senderos y huellas porque hay gente que pasa diariamente por el lugar y no tiene ni noción de lo que ocurrió ahí. Desde el punto de vista de los comunicadores sería todo esto un gran aporte al conocimiento.

-¿Cómo surgió la idea de investigar sobre este capítulo de la historia después de tanto tiempo?

En mi caso tenía una noción de lo que había pasado porque había leído algo cuando se celebró el centenario de Villa Elisa en 1990, pero todo quedó ahí porque no encontramos mucha información ni el monolito porque quedaba muy lejos. Ahora, justo 25 años después, hice referencia en la radio el 11 de abril cuando se cumplía un nuevo aniversario de la muerte de Urquiza a que después de eso se había desatado la Batalla de Santa Rosa y muy cerca de ahí habían matado a un carrero y se había hecho un monumento para homenajearlo, pero que no lo conocía. A partir de ahí empezó a comunicarse la gente aportando datos de dónde quedaba y al día siguiente fui para ver si lo encontraba y estuve dos horas, pero no tuve suerte. Una semana después me fui más preparado con palas, picos y una motocierra hasta que finalmente lo encontré perdido entre los árboles. Me conmovió muchísimo el lugar de la escena y pensaba lo que habrá sido hace más de cien años un hombre trabajador en manos de cinco policías en medio de la nada y la barbarie de no conformarse con tirarle la imprenta al agua e ir más allá degollándolo. Por fortuna a algunos periodistas de Villaguay les interesó la historia. Además, encontramos varios datos interesantes en un libro que publicó Pedro Ciaspucio donde cuenta los pormenores de la vida y la trayectoria como periodista y editor de diarios de su hermano, que desde muy joven trabajó en esto a pesar de que lo amenazaron, lo persiguieron y la falta de Justicia que se manejaba en esa época. También hicieron aportes importantes Gustavo Rivas de Gualeguaychú que investigó mucho sobre el tema y el director del museo de Villaguay, Raúl Jaluf.
Fuente: El Entre Ríos (Edición impresa)

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