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Javier Díaz, un exempleado del Bazar El Enterriano, habló sobre la quiebra de la casa de electrodomésticos que trabajó por más de 20 años en Gualeguaychú, además de hacerlo en distintos puntos de la provincia y Santa Fe.

El 2 de mayo se cumplirán dos años del cierre de las puertas del local que en Gualeguaychú terminó trabajando en calle 25 de Mayo. Mientras algunos de los extrabajadores todavía siguen en la búsqueda de empleo, Díaz fue uno de los que pudo, haciendo de todo un poco, reinsertarse en el mercado laboral, hasta que pudo armar un local en la casa paterna, donde montó una casa de venta de repuestos de moto.

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“No cobramos ni un solo peso de indemnización”
“Pese a que el tiempo ha pasado y que en breve se cumplirán dos años del cierre del local no hemos cobrado, tanto ex empleados como nuestros abogados (Guillermo y Federico Martínez) un solo peso en concepto de indemnización”, contó.

Díaz trabajó como vendedor durante casi 21 años. Mucho tiempo, en el que según el exempleado, “uno llega a tener un sentido de pertenencia con el lugar en el que labura, mis compañeros; la verdad extraño ese trabajo, porque uno se acostumbra al contacto en forma diaria con la gente. Al día de hoy me encuentro con jóvenes que me preguntan si me acuerdo de ellos, dado que se trata de hijos de clientes que por años fueron a El Entrerriano”.

Dijo que “no tiene dudas de que la empresa cuenta con la plata para pagarles a todas las personas que dejó en la calle. Las leyes están hechas de esta manera y no es justo para un laburante pasar por este tipo de situaciones”, opinó.

Recordó que el cierre “era algo anunciado, nos estábamos quedando sin mercadería y precios. De todas maneras cuando cerraron las persianas y quedamos en la calle fue muy duro. Lo hicieron un día después del Día del Trabajador, casi una ironía”.

En su caso personal, detalló que siempre fue “una persona ordenada en el tema del dinero y que con unos ahorros que tenía junto a mi esposa, pude tirar un tiempo, en un año (2019), en el que la economía estaba muy compleja. Trabajé de ayudante de albañil como antes de entrar al Bazar, luego tuve un tiempo en una casa de repuesto en la que estaba bien, pero llegó la pandemia, la situación se complicó y me tuve que ir en buenos términos como corresponde”. Díaz no bajó los brazos y puso su “propia casa de repuestos de moto, en calle Clavarino, a pocos metros de Primera Junta que nos permite seguir viviendo, peleándola día a día en lo que es estar en un comercio que es lo me gusta. El vender y tratar con la gente es lo mío”.

Contó que “la mayoría quedamos con tres sueldos adentro, es decir tres haberes mensuales que nunca cobramos y la indemnización completa”.

Además los que más años “teníamos en El Entrerriano pasamos la barrera de los 40, edad en la que se hace difícil conseguir un empleo formal”. Indicó que “muchos compañeros la pasaron realmente mal, algunos casos en los que eran único sostén de familia y que no han logrado reinsertarse en el mercado laboral, salvo algunas changas, pero nada firme y esto, luego de haber tenido un trabajo estable, es muy duro”.
El cierre de otras sucursales
“Después del cierre de la sucursal en la ciudad, el resto habrá estado trabajado un año y medio más, para luego sí, cerrar el resto de las sucursales en distintos puntos de la provincia”, recordó, al tiempo que agregó que “en los últimos tiempos trabajamos siete personas, cuando llegamos a ser 12”, acotando que “durante un buen tiempo se vendía muy bien, la gente llegaba y encontraba lo que quería”.

Consultado sobre si la llegada de grandes cadenas de venta de electrodomésticos afectó a El Entrerriano, señaló que “el motivo de este final y la quiebra que se conoció hace algunos días pasa por otros motivos”. Comentó que “los problemas comenzaron cuando uno de los hermanos (eran dos socios) le vendió la parte al otro que cuando quiso volver para recuperar la empresa ya era tarde”.

Finalizó diciendo que “si hubiésemos recibido el dinero, unos 3.100.000 en su caso, la historia sería diferente. El golpe habría sido muy duro, pero con plata en mano se puede encarar algo, además de tener una cierta tranquilidad de que se puede salir a buscar nuevos horizontes en el mientras tanto”.
La quiebra
El 15 de abril el juez del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, Ángel Luis Moia, dispuso declarar la quiebra de Bazar el Entrerriano. En la resolución, el magistrado de Paraná, solicitó que quienes se consideren con derecho podrán presentar sus pedidos de verificación de créditos ante la sindicatura vigente.
Fuente: El Día de Gualeguaychú

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