Durante su mandato, logró cosas inimaginadas hasta entonces para los argentinos y que no se repitieron hasta mucho tiempo después.
La priorización de la educación, el rol del país en los ámbitos internacionales, la posición nacional en la cuestión Malvinas, la política petrolera y la ley de medicamentos son sólo algunos de los múltiples ejemplos que uno puede tomar del gobierno del doctor Illia.
Sin embargo hay dos ejemplos que quizás sean los que mejor ejemplifican el accionar, ya no del Presidente Illia sino de Don Arturo.
El primero la cuenta Jairo y fue antes de ser Presidente, cuando siendo médico ferroviario en medio de la madrugada fue en la bicicleta de uno de sus hijos a atender a una hermana del cantante quien estaba al borde de la muerte y se quedó a su lado hasta su mejoría.
El segundo ejemplo es tras finalizar su Presidencia, cuando hizo una declaración jurada ante el Escribano General de Gobierno en la que enunciaba sus propiedades, muchas menos que cuando llegó a la primera magistratura del país. Es decir, se fue más pobre que cuando llegó a la Presidencia.
Pasaron 34 años de su muerte y más de 50 de su asunción como Presidente de la Nación, y en tiempos donde las cualidades que caracterizaban a Don Arturo no abundan entre la dirigencia política, aún estamos a tiempo de tomar su ejemplo de republicanismo, capacidad, honestidad y hombría de bien, nuestros descendientes nos lo van a agradecer.