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En el Senado de Entre Ríos ingresó un proyecto para evitar que se siga depredando el Río Gualeguay. Azotado por el extractivismo frigorífico pesquero y la usencia casi total de controles, se pretende que este importante curso de agua sea declarado “Zona de Reserva para la Pesca Deportiva” y de subsistencia por pobladores aledaños.
Proyecto en el Senado
En la última sesión de la Cámara de Senadores entrerriana, el 2 de septiembre pasado, ingresó y fue girado a la comisión de Legislación General, un proyecto de ley para que se prohíba la pesca de tipo comercial en el río Gualeguay, desde 500 metros a la redonda de su nacimiento hasta su desembocadura, y 500 metros en alrededor.

La medida apunta directamente a impedir en esta zona la extracción de peces “mediante la utilización de cualquier tipo de red”. Quedan exceptuadas la de tipo deportiva y la que “realicen los pobladores ribereños”, según contempla el artículo 6º de la actual Ley de Pesca Nº 4.892 que la habilita con “único y exclusivo fin de su alimentación y la de su familia”.
“Sacar las redes y mallas de nuestros ríos”
Su impulsor, el senador por el departamento, Francisco Morchio (Juntos por el Cambio), dijo que el objetivo es que el Gualeguay obtenga el mismo estatus que ya poseen otras zonas de reserva íctica. En la provincia son seis: Isla Curuzú Chalí (La Paz), el arroyo Feliciano, la Isla del Pillo (Victoria), el río Parancito (Islas), el Lago de Salto Grande (Concordia) y el río Gualeguaychú.

Son áreas “solamente aptas para la pesca deportiva”, según se define oficialmente. La idea del legislador apunta a “sacar todas las redes y mallas de pesca de nuestros ríos”, definió, permitiendo la excepción a quienes viven en sus márgenes y utilizan otros medios de captura.

La preocupación por el Gualeguay, devino por la severa sobreexplotación de la pesca comercial que sufre y que lo ha vuelto un río casi carente de peces. Este curso de agua es uno de los más importantes de la región litoral; atraviesa en sus 857 kilómetros toda la provincia como una columna vertebral, desde su naciente entre Federación y San José de Feliciano, hasta su desembocadura en los brazos del Paraná Pavón y Paraná Ibicuy, en el Delta del Paraná. Y así como majestuoso, también es uno de los más depredados por la pesca con destino a la industria frigorífica. Lugareños, pescadores, ambientalistas e integrantes de peñas deportivas pesqueras, todos, acuerdan con que los controles de extracción y tráfico de pescados sobre este río son de escasos, a nulos.

La nota completa puede encontrarse en la edición 1114 de la revista “Análisis” que salió a la calle nuevamente este jueves 17 de septiembre de 2020.
Fuente: Análisis Digital.

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