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La Obra de Don Uva, institución que atiende a personas con discapacidad, tuvo que despedir al 8% de su planta de 98 empleados.

Las demoras y los recortes en las transferencias realizadas desde Nación provocaron, desde hace más de un año, desequilibrios financieros en las instituciones entrerrianas dedicadas al cuidado y atención de personas discapacitadas.

La Obra de Don Uva, que debe su nombre al sacerdote italiano Pascuale Uva, fundador de la congregación Siervas de la Divina Providencia, despidió al 8% de su planta de 98 empleados, puso en venta propiedades y cerró el hogar de sacerdotes ancianos que funcionaba en calle Italia al 400 de Paraná. Aun así, continúa en estado de “emergencia económica” desde mayo pasado.

“Esto viene acentuándose desde hace más de un año. Las grandes obras sociales nacionales, como PAMI y le Programa Incluir Salud, empezaron a demorar los pagos de las prestaciones de las personas con discapacidad que se atienden en el Hogar, y eso ha generado un desequilibrio financiero”, manifestó el abogado Joaquín Gareis, asesor legal de Don Uva.

Pese a las trágicas medidas tomadas para hacer frente a la situación, Don Uva continúa atravesando la crisis: “Históricamente, las obras sociales funcionaban con demoras en los pagos de 60 días, que podía llegar a 90 días. Pero por más que se demoraran, nosotros podíamos contar con un ingreso regular y seguir funcionando. Todos los meses recibíamos los pagos, aunque atrasados. El problema es cuando se suspenden los pagos”, explicó el asesor de la institución.

En este sentido, subrayó que “todavía nos deben diciembre de 2018. Esta situación provoca que se desequilibre financieramente la institución. Primero, el problema fue financiero por demora en los pagos. Ahora tenemos problemas económicos, y por eso las reestructuraciones que debimos encarar”.

Aparte de las demoras en los pagos, estos se realizan de manera desactualizada y pierden ante la inflación: el Programa Federal Incluir Salud, que costea el gasto prestacional de personas con discapacidad sin obra social, y que depende de la Nación, actualizó el valor de las prestaciones en 2018 un 13%, y la inflación ese año fue del 47%.
Reestructuración de gastos
“En el caso de Don Uva, nosotros hemos puesto en venta propiedades que pertenecen a las hermanas de la Divina Providencia. Hemos cerrado propiedades donde atendíamos a personas en calle Italia, y hemos unificado toda la atención, en función de achicar costos, en calle General Paz. Además, hemos tomado decisión de tocar el personal, en forma más paulatina. Esto es reducir la planta de personal, porque el pago de sueldos también entra dentro de los gastos corrientes. El proceso de reestructuración de la planta de personal que la Obra de Don Uva decidió iniciar es paulatino, viendo las necesidades que tiene la institución en general. Hemos afectado desde el inicio del plan de reestructuración el 8% de la planta. Esto significa que se ha producido un 8% de desvinculaciones de personal”, precisó el abogado.
Emergencia económica

Desde mayo pasado que Don Uva se encuentra en estado de emergencia financiera y, junto a Apana y el Hogar San Francisco, que conforman el Foro de Discapacidad, trabajan en conjunto para afrontar la crisis. “Tenemos como principal misión básicamente la de sostener las estructuras institucionales y garantizar el servicio para las personas con discapacidad”, sostuvo al respecto el asesor legal de Don Uva.

La emergencia económica “significó la readecuación de gastos y recupero de créditos, incluso se han recortado prestaciones. Por ejemplo, en el invierno tuvimos que demorar en prender las calefacciones para las abuelas, porque nos cuesta 100 mil por mes en consumo de gas. Por otro lado, se suspendieron las actividades en piletas climatizadas porque no podemos costear el costo del gas. Son medidas que vamos tomando sobre la marcha”, señaló Gareis.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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