Esta es una de esas acciones, surgida de una desarmante y fresca espontaneidad joven. Así, sin muchas vueltas, sin vericuetos… Viene la idea a la cabeza, se comparte al grupo, la aceptan y se hace. Punto y aparte.
“Hace varios días venía escuchando en la televisión noticias de los diferentes incendios que se producían en Concordia y las declaraciones de algunos bomberos pidiendo recursos. Eso me quedó dando vueltas en la cabeza”, dice Jazmín Mendieta, en una primera respuesta a El Entre Ríos.
Tiene 19 años, es concordiense y está estudiando la carrera de traductora pública nacional de inglés, en la Universidad de Córdoba. Completó su secundario en el Colegio San José y pertenece a esa “promoción” especialísima, única, la 2020, la que hizo el último año en medio de la Pandemia, la que careció de casi todos los “rituales” estudiantiles, la que no pudo hacer estudiantina, ni carroza alegórica…
“Después –recuerda Jazmín, reconstruyendo el paso a paso- escuché a mi mamá decir que los bomberos estaban organizando una venta de pollos para recaudar fondos. La verdad, me pareció tremendo que un organismo tan importante como los bomberos tenga que estar pidiendo ayuda por falta de recursos”. ¡Cuánta razón tiene! Teléfono para quienes puedan tomar decisiones para cambiar eso que a Jazmín le pareció, y efectivamente es, “tremendo”.
Pero ella y sus compañeros no se quedaron en la crítica, sino que pasaron a la acción: “Agarré el celular y les propuse a los chicos de mi promo, “Presos-Sanjo 20”, si les parecía que ayudemos a los bomberos con los fondos que nos habían quedado del año pasado. Inmediatamente los chicos accedieron, ya que todos estábamos al tanto de la situación. Destaco que en todo momento la promo acompañó la decisión y no dudó ni un instante”.
Lo que vino después fue cuestión logística, operativa. “En el grupo conseguimos el celular de Oscar Arce, el presidente de la comisión de bomberos, nos comunicamos y nos pasó los detalles para realizar la donación. En todo momento él se mostró muy agradecido y nosotros por supuesto felices de haber contribuido a nuestra ciudad”.
El mensaje de Jazmín termina con un deseo: “Espero que nuestra acción haya sido una inspiración a aquellas personas que puedan ayudar, ya que absolutamente todo sirve para la causa”.
“Presos – Sanjo 2020” ganó el desfile de carrozas humorísticas del 2019, cuando nadie imaginaba aún que sobrevendría una Pandemia. Arriba del acoplado habían recreado una cafetería donde se encontraban varios personajes, que servían para contrastar los años 80 con la actualidad. ¿Cómo imaginar en aquellos días de desfiles lo que estaba por suceder, el Covid-19, la cuarentena eterna, la atípica modalidad de cursado del 2020, el alcohol en gel, los barbijos, las vacunas?
La buena noticia de la donación, sin querer, fue acompañada de un dato confuso. Y es que el dinero entregado a bomberos no era únicamente el premio. Se trataba del fondo que habían juntado para encarar la carroza alegórica, esa que nunca pudieron hacer por la Pandemia.
¡Vaya paradoja! Una de las más grandes frustraciones de la adolescencia, haberse quedado sin los “galpones”, sin las flores de papel crepe, sin las noches en vela para terminar las polleras, sin las idas y venidas para que funcionen los movimientos…. En fin… todos esos dolorosos “sin” terminaron decantando en una acción humanitaria que nos educa y que a todos debería interpelarnos.
Un gesto que bien puede explicarse por la metáfora que Atahualpa Yupanqui incluyó en “El Aromo”, ese que daba flores muy bellas a pesar de que sus raíces estaban apretadas por las piedras, ese aromo al “que no le brota una queja / que en vez de morirse triste / se hace flores de sus penas”.
