Yoana Suárez dialogó con Diario El Sol y detalló su vivencia como empleada en el hogar de adultos mayores ubicado en calle Quintana, de Concordia. “Viví cosas aberrantes, de las cuales no quiero ser cómplice”, expresó.
Su experiencia
Entre lo relatado, Yoana precisó sobre las condiciones en las que habitaban los abuelos: “Ni un animal come esa comida, los abuelos no se higienizaban, se los bañaba con detergente cuando la piel de ellos es muy sensible, ahí adentro pasaron muchas cosas, no había luz porque estaban enganchados y se sacó el medidor, y recién a la noche hacían la conexión clandestina”.Asimismo, sostuvo que ningún ente oficial monitoreaba la situación de los residentes y que “ni siquiera tiene la habilitación de Bomberos y no tiene una salida de emergencia, las veces que la Municipalidad clausuró el hogar ellas mismas se encargaban de sacar las fajas”. La mujer informó que el hogar era propiedad de un psiquiatra de Concordia y cuando quebró, indemnizó a dos empleadas dejándoles a cargo la administración del geriátrico.
Además, afirmó que hasta los familiares de los abuelos se muestran indiferentes ante las irregularidades. “Cuando trabajaba, había 25 abuelos alojados y los familiares hacen la vista gorda a todo lo que está pasando, cuando me fui intenté contactar a los familiares y tengo copias de los mensajes y las conversaciones, pero nadie hace nada y todo sigue igual”, comentó Yoana.