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Punta Viracho depende de CODESAL
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Los empleados de la Corporación para el Desarrollo del Lago de Salto Grande atraviesan una situación que les cuesta poner en palabras. Admiten que tienen miedo de que su presente, ya de por sí complicado, empeore en vez de mejorar.

Lo concreto es que la última vez que percibieron sus haberes fue en los primeros días de Julio, cuando les pagaron por lo trabajado en Junio. ¿Qué pasó de allí en más? Vencieron los contratos y, con la excusa de que la renovación requiere de una sucesión de pasos burocráticos en Paraná, han llegado a la mitad de Septiembre sin nada: ni contratos ni sueldos.

Respetuosos, quienes se comunicaron con El Entre Ríos reconocieron los esfuerzos del actual presidente del organismo, el contador Onetto, para tratar de destrabar la situación. Pero está visto que con su buena voluntad no alcanza. El tiempo pasa y empiezan a llegar las intimaciones por las deudas que se acumulan y crece la desesperación.

"Tiempo atrás nos reunieron y nos dijeron que las cosas iban a ser así, que cuando se terminaran los contratos íbamos a pasar un tiempo sin cobrar hasta que se produjera la renovación y que si alguno no estaba de acuerdo podía renunciar e irse. Pero, claro, ¿adónde iríamos? No está fácil para conseguir trabajo, así que tenemos que aguantar" contó una empleada a El Entre Ríos, con una mezcla de bronca y resignación.

En efecto, el "status" de contratados de provincia se parece a un destino marcado por la angustia, como si la burocracia no pudiera hacer las cosas de otro modo, como si no se pudiera -por ejemplo- empezar a tramitar la renovación de los contratos dos meses antes de que venzan, para asegurar de esa forma la continuidad de los pagos.

Aunque el mayor interrogante pasa por entender qué justificación hay para que estén como "contratados" trabajadores que llevan años ocupando un puesto y que a esta altura deberían ya ser empleados permanentes. De ellos depende el funcionamiento de los complejos termales que pertenecen a la CODESAL, en el perilago de Salto Grande.

En abril de 2018, estos mismos contratados de la CODESAL pasaron por una situación parecida a la actual y quizá supusieron que sería la última vez. A comienzos de año debieron atravesar otro desierto de varios meses en el que se sintieron en el aire, hasta que volvieron a tener un contrato que les dé un mínimo de certidumbre. Pero la alegría duró poco. Hoy, en un contexto donde el costo de vida se encarece a más de 4% por mes, llevan más de dos meses sin percibir haberes y buscan que algún medio de comunicación al menos refleje lo que están viviendo, con la esperanza de que aparezcan pronto los benditos contratos y las penurias de hoy queden en el pasado.
Fuente: El Entre Ríos

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