En este sentido, dijo que tiene miedo que pase el tiempo, “no hacer nada y que las drogas nos pasen por arriba, perdiendo el Gualeguaychú que hasta hace poco teníamos”.
“Todos los ciudadanos queremos lo mismo, los vecinos están preocupados, muchos de ellos atemorizados. Pero, varios, al ver que nosotros salimos a dar pelea públicamente, se sumaron a la movida. Entonces se decidió convocar una Asamblea contra las drogas en la cual se pide la participación toda la ciudadanía, gente de distintos barrios con visiones distintas y experiencias”, indicó Olivera.
“Pretendemos que todos los actores de la sociedad se involucren y que los clubes que están en los barrios más afectados por el flagelo reciban más apoyo”, agregó.
“Están destruyendo familias enteras”
Macarena Sánchez, titular del Comisión Vecinal del barrio La Cuchilla, recordó que hace un par de meses “integrantes de la comisión junto a otros vecinos nos juntamos para hablar sobre cómo combatir adicciones, que están destruyendo a familias enteras; se elevó un petitorio que junto a vecinos de otros barrios presentamos en distintos puntos de la ciudad para que la gente nos acompañe con su firma; estuvimos en el centro, en el hospital y en los puntos más importantes, también en la Fiesta del Pescado y del Vino, en el Carnaval, en la primera edición de Verano es Arte en el 348, con vecinos de los barrios Zabalet, Molinari, sumando más de 6000 firmas en este largo recorrido”, enumeró la joven de 22 años.Por otro lado, se refirió a la reunión que tuvo, junto a otros vecinos, con el Juez Federal Hernán Viri, quien “mostró una muy buena predisposición para trabajar contra la droga”.
El 6 de diciembre, “se le entregó un petitorio, resaltando que los procesos, las investigaciones son muy lentos y cuando se dicta una sentencia, los condenados salen al poco tiempo por una serie de atenuantes y salen a hacer lo mismo que antes de ser detenidos”, expresó.
Como vecina de La Cuchilla, sufre, al igual que el resto, hechos de inseguridad. Y aseguró que lo único que quieren es “trabajar y volver al Gualeguaychú tranquilo, a un pueblo de familias trabajadoras que veían jugar a sus chicos en el barrio sin problemas”.
Hoy eso no es posible, muchos pibes terminan perdidos en el mundo de la droga, sobre todo en esta época del año, cuando no tienen la contención que les brinda la escuela.
“Ahora, con los clubes de la zona tratamos de contenerlos, pero a veces se hace difícil, porque no contamos con el apoyo necesario para trabajar con los chicos”, concluyó Macarena.
