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Goyeneche sufre embates por su investigación.
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Goyeneche sufre embates por su investigación.
Cecilia Goyeneche desmintió categóricamente, el viernes pasado, cualquier relación comercial con Pedro Opromolla, integrante de uno de los estudios contables sospechados de formar parte de una asociación ilícita por la cual se fraguaron 2 mil millones de pesos en el seno de la Legislatura a través de contratos leoninos en el transcurso de una década.
Está en el legajo
La fiscal anticorrupción adjudicó la publicidad de ese fideicomiso a una operación llevada a cabo por una “organización criminal y mafiosa” que pretende entorpecer la investigación. Dijo, también, que abogados defensores plantaron falsedades en sectores de la prensa. Goyeneche no negó la existencia de ese fideicomiso en que la tiene como firmante a ella y Opromolla. Hábilmente refirió al tema con una vaguedad: “No tengo una relación comercial”. Esa información está en el propio legajo que lleva adelante la fiscal anticorrupción y surgió de los allanamientos que hizo en el estudio de su socio en el fideicomiso. Ese fideicomiso se pudo haber disuelto, como suele ocurrir una vez que se termina de levantar el emprendimiento inmobiliario. Pero el departamento está alquilado a un tercero.

El alquiler (según consta en la cláusula quinta del contrato de locación) se debe abonar en el buffet de calle Misiones 276 que fue allanado el 3 de octubre. El mismo va desde el 1º de julio de ese año hasta el 30 de junio del 2019, es decir que está vigente.

En este punto, Federico Malvasio en su artículo de este martes reflexionó: “En la compra de un departamento, en caso de que sean dos los propietarios, se entiende que ambos deben tener una cierta confianza. ¿Alguien compraría un inmueble con un desconocido o con quien lo une apenas una principiante amistad?”.

Las relaciones comerciales no surgen de una investigación paralela de los abogados defensores, sino que están probadas en el legajo que han ido acrecentando la propia Goyeneche y los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry. Cuando se levantó el secreto de sumario, la fiscalía abrió el legajo a las partes y los abogados se llevaron esa información en sus pendrive.
Mails
Sebastián Orlando, marido de Goyeneche, es un conocido contador de la ciudad. En la comunidad de contadores lo sindica como socio del estudio “Integral Asesoría”, integrado por Opromolla, Gustavo Falco y Guido Krapp. Ahí se realizaba el pago de los impuestos de los falsos contratados en una terminal de “Entre Ríos Servicios” que funciona en el mismo estudio.

Orlando, quien no figura en la placa del buffet de calle Misiones, pudo haber dejado de concurrir cuando asumió como contador en el Concejo Deliberante de Paraná, presidido por Josefina Etienot.

No obstante, siguió prestando servicios y manteniendo una relación con el estudio. Esta certeza se dilucida a partir de correos electrónicos incautados cuando se secuestraron las computadoras.

El 5 de mayo a las 8.56 de la tarde Orlando le envió un mail a Opromolla y Krapp para ponerlos en conocimiento sobre cheques emitidos al 31 de diciembre de 2017 con vencimiento en 2018. Se adjunta una planilla Exel con clientes, seguramente. Intercambios de rutina. Ese correo es parte de la prueba que está en el legajo y surge de la computadora de Opromolla. Hay otros correos que datan, incluso, de años anteriores, según documentación a la que tuvo acceso Página Judicial.
Fuente: Página Judicial.

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