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Nelson González (Coco)

Su fallecimiento


No por esperada, dado lo avanzado de su edad, ha dejado de provocar una emocionada tristeza, no solo en su círculo de amistades, sino también entre quienes fueron a lo largo del tiempo parroquianos de un clásico colonense como era "su confitería" y todos aquellos que supieron de su bonhomía y permanente predisposición ante los requerimientos de su próximo.

Perteneciente a una familia de "confiteros"-lo había sido su padre y también hasta su muerte un hermano suyo- la calidad de las masas que en otros tiempos por sucesivas generaciones elaboraran, les hizo ganar en la materia un merecido prestigio.

Pero "Coco" –como habitualmente se lo conocía o mejor dicho Coco González- además de buen repostero y mejor cocinero de comidas rápidas, fue al mismo tiempo lo que más adelante se conoció como un "barman" amigable, que en el trato con quienes se acercaban al mostrador de su negocio y frecuentaban la morosa tertulia en las mesas de la Confitería Libertad, supieron y quedaron invariablemente gratificados por su invariable bonhomía.

Suponemos que por haber trabajado, si mal no se recuerda en el inicio de la década del cuarenta del siglo pasado en un frigorífico del conurbano, hizo suyo el ideario del comunismo del que fue un reconocido dirigente en el ámbito local. Mostró allí una fidelidad a su ortodoxia, que no le impidió mantener siempre un trato respetuosamente cordial con quienes discrepaban con sus ideas, con las que siguió comulgando no solo después de un frustrante viaje a la Unión Soviética, en el que un trastorno de salud lo dejó sin saciar su avidez en conocer al menos en una suerte de vuelo de pájaro a la "madre del socialismo marxista leninista", sino que lo mantuvo luego del derrumbe de aquélla en apariencia federación de repúblicas.

Mostró un interés positivo por las cosas del común, circunstancia que, junto a sus otras cualidades, lo hace merecedor de un lugar destacado en nuestra historia lugareña.


Beatriz Catalina Mutto

Su fallecimiento se produjo el pasado viernes 26 luego de padecer con entereza y sin dejarse vencer por el desánimo una cruel enfermedad. Dotada de una personalidad inquieta, tuvo en su parábola vital una oportunidad de ocupar, todavía en plena juventud una posición expectable, cuando el gobernador Sergio Montiel la convocara para integrar como vocal el Consejo General de Educación.

Una circunstancia que no fue solo consecuencia de su activa militancia en las filas del radicalismo, algo que hizo siguiendo los pasos de su progenitor Luis María Mutto, militancia en la que continuó después de dejar ese cargo y en la que se mantuvo mientras le duraron sus fuerzas, que es lo mismo que decir hasta el final de sus días, sino de su actividad no solo como docente sino como su participación en el gremio que a ellos los agrupa.

Si bien su personalidad frontal y hasta temeraria pudo en algún momento haber producido en nuestro medio alguna ocasional resistencia sin mayor trascendencia, lo mejor que de ella puede decirse es que al morir, lo hizo rodeada de amigos numerosos y consecuentes, circunstancia que por sí sola habla muy bien de ella, sino que es lo más importante, de su paz consigo misma.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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