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"En mi cabeza pasan un montón de cosas pero sería imprudente hablar. Está trabajando la Justicia y los peritos. Yo estuve un par de horas en el incendio y lo que pude ver es muy extraño", aseguró el especialista en diálogo con Luis Novaresio.

Felise es el presidente del Consejo Nacional de Federaciones de Bomberos Voluntarios. De acuerdo a su experiencia, en este tipo de incendios las paredes suelen desmoronarse o caer hacia adentro pero nunca como sucedió ayer en el barrio de Barracas.

El miércoles por la tarde, nueve personas que intentaban sofocar un incendio quedaron atrapadas por un muro que se precipitó hacia la calle y murieron. Entre las víctimas había siete bomberos y dos integrantes de Defensa Civil. Un día después, sus colegas continúan trabajando para sofocar las llamas.

La Justicia inició la investigación para conocer cómo se originó el incidente y por qué no funcionaron los complejos sistemas de emergencia con los que contaba el depósito de la empresa Iron Mountain, dedicada al archivo de documentos y con presencia en más de 35 países de todo el mundo.

"Nunca un incendio es igual a otro incendio y lo que pasó es una fatalidad. Eso dicen los libros con los que estudiamos para convertirnos en profesionales de la emergencia. Pero generalmente pasa lo contrario, las paredes ceden para adentro", reiteró Felise.

En primera persona


Marcos Herrera, uno de los bomberos voluntarios que trabajó tras el incendio del depósito de Barracas, afirmó que la pared no cayó por el calor sino que cedió tras ser golpeada por el tinglado de la bodega.


"Después de dos horas de lucha, vemos que se derrumba una parte del lado izquierdo. Luego, viene el colapso del tinglado que es el que derrumba la parte central y a su vez le pega a la pared, esta se desliza y cae con peso completo sobre los pibes que estaban abajo", relató.

"La pared se desplomó como un papel", remarcó el voluntario, quien explicó que a raíz de que se desploma el tinglado, este pega contra el medio de la pared. "Ahí se desploma hacia la calle agarrando a parte de los bomberos y los compañeros que estaban trabajando abajo", agregó.

Herrera, quien lleva 24 años como bombero voluntario, dijo que "las paredes no se derrumban sino que colapsan", ya que por un lado tienen el fuego y del otro, el agua. "Ahí empieza a agrietarse siempre verticalmente y cae".

"Se derrumbó por el golpe que le dio el tinglado. Eran entre dos y tres pisos de estantería de archivo. Al desplomarse el tinglado golpeó en todos los pisos y al llegar al último piso hizo que se rajara la pared", resaltó.

Sebastián Campos, uno de los héroes de la tragedia

Herrera trabajaba en el cuartel de Vuelta de Rocha junto a una de las nueve víctimas y contó el doloroso momento en que sacó de los escombros al joven voluntario muerto. "Se me acaba de ir el brazo derecho", comentó.

"Al llegar yo tenía que estar adentro y Sebastián afuera controlando el agua. Como estaba la Federal no era necesario nuestra agua. A las dos horas se da el primer derrumbe y nos relevan. Quedamos atrapados en el límite del derrumbe", relató en diálogo con Vorterix.

Contó que al salir no encontraron el camión, dieron la vuelta y vieron la pared sobre un camión hidrante de la Federal y su camión. "Sebastián estaba semienterrado. "Corro para sacarlo, lo tironeamos con los de la PF. No lo podíamos sacar y vimos que tenía quebrada la nuca y me desmayo. La única manera de calmarme era comunicarme con el cuartel".

Pese a la tragedia que le tocó experimentar en primera persona, Marcos fue claro y afirmó que va a seguir dentro del cuerpo de Bomberos. "Al salir del Ramos Mejía estaba toda mi familia en el cuartel, 6 hijos y 14 nietos. Le dije a mi mamá "Mami, todavía tengo fuerza".
Fuente: Infobae

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