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Desde la reflexión de este día y la resistencia diaria de las asambleas, pedimos también por un desarrollo democrático de los pueblos, que no sea impuesto por las empresas multinacionales que arriban con la represión del Estado intentando imponer, con el miedo, el no involucramiento de los ciudadanos en estos asuntos. No queremos las actividades extractivas que contaminan y saquean, trayendo la muerte y la miseria a los pueblos en abierta contradicción a los derechos sociales y económicos inscritos dentro del concepto de derechos humanos.

Hace 39 años ocurrían los sucesos más nefastos de nuestra historia reciente, dónde la violación de derechos humanos y la privación de la democracia amordazaban nuestros pueblos. Los derechos democráticos a la libertad de expresión, a poder visibilizar las demandas de los pueblos y a luchar por un mundo diferente, se acallaban con la mano dura del aparato represivo del Estado.

En esos años del mal llamado “Proceso de reorganización nacional”, la represión, las detenciones ilegales, muertes y desapariciones, signaron la política de Estado que declamaba instaurar, para establecer los cimientos de la recomposición de un sistema que decaía y se cuestionaba. Allí, se organizaron nuevamente las bases para el ingreso del capital que hoy sigue extrayendo, saqueando y vulnerando derechos de los pueblos.

Desde la Asamblea expresamos que. Esta etapa de la historia no ha cerrado sus heridas, por eso debemos profundizar el juicio a los responsables de este genocidio. Como también debemos tenerlo presente para observar y actuar sobre los hechos actuales. Si esta fecha no nos incita a una mirada crítica sobre los derechos humanos y su defensa ante los flagelos que hoy persisten, no solo hemos dejado de lado una parte de la reflexión, sino también sentimos que estamos faltándole el respeto a todos aquellos que dieron y dan su vida por un futuro que garantice una vida democrática plena a través del resguardo de los derechos esenciales.

Sostenemos que no hay Nunca Más si no hay justicia sobre las atrocidades cometidas en la dictadura, como tampoco si no repudiamos el legado neoliberal y extractivo que nos ha dejado. Si no repudiamos que siga habiendo funcionarios de la dictadura en cargos públicos, como el Jefe del Ejército César Milani que tiene una causa por la desaparición del soldado Ledo. Tampoco debemos olvidar las leyes que se sancionaron para incentivar a no protestar en democracia, como son la Ley Antiterrorista. Los proyectos de espionaje ilegales como Proyecto X, las intervenciones a ciudadanos, las represiones y las detenciones a quienes quieren que se respeten los derechos garantizados por la vida democrática. Sin pedir por Julio López, Mariano Ferreira y Luciano Arruga, no podemos conmemorar este día. Los miles de judicializados en democracia, los casos de gatillo fácil, el genocidio a los pueblos originarios, los petroleros condenados injustamente en Las Heras, abrieron una herida grandísima a los derechos humanos que no podemos excluir en la reflexión sobre el fortalecimiento y la protección de la democracia.

Por esto, desde la reflexión de este día y la resistencia diaria de las asambleas, pedimos también por un desarrollo democrático de los pueblos, que no sea impuesto por las empresas multinacionales que arriban con la represión del Estado intentando imponer, con el miedo, el no involucramiento de los ciudadanos en estos asuntos. No queremos las actividades extractivas que contaminan y saquean, trayendo la muerte y la miseria a los pueblos en abierta contradicción a los derechos sociales y económicos inscriptos dentro del concepto de derechos humanos.
Fuente: Asamblea Ciudadana Concordia

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