El Banco Central (BCRA) pone en circulación dos nuevas monedas, de uno y cinco pesos, que forman parte de la serie “Arboles de la República Argentina”, y que también tendrá ejemplares de dos, cinco y 10 pesos con imágenes del jacarandá, el palo borracho, el arrayán y el caldén.
El lanzamiento sirve para discontinuar la producción de la moneda de un peso, cuyo costo de producción ya es más alto valor que representa: 1,48 pesos por unidad, precisó “El País”, en un artículo firmado por Ramiro Barreiro. Otra muestra de una inflación que parece imposible de contener y que ya forzó la emisión de billetes de 500 y 1.000 pesos.
Apenas una fotocopia
La moneda de un peso hoy apenas alcanza para sacar una fotocopia. Incluso, hacen falta dos para cargar aire en los neumáticos y cinco para llenar el termo de agua caliente en las máquinas instaladas en las estaciones de servicio.Sin embargo, las viejas monedas de doble mineral dorado y plateado, similar a las del peso mexicano, serán reemplazadas por unas de menor diámetro, acuñadas en acero electrodepositado con cobre y con una tonalidad rojiza.
Su diseño presenta en el anverso, en el campo central, la representación estilizada del jacarandá y en el arco superior aparece el texto “República Argentina”. En el reverso de la moneda, sobre la derecha, se observa una síntesis de la flor del jacarandá y en el arco superior, el año de acuñación (2017) y el lema “En unión y Libertad”.
La renovación terminó con el absurdo
El costo de producción de la antigua moneda de un peso es de 1,14 pesos más IVA, lo que eleva el precio a 1,38, o sea, casi un 40% más del valor que representa el cospel. Las nuevas, en cambio, tienen un valor de 0,51 pesos más IVA, poco más de 60 centavos. Con el cambio actual, un peso representa cinco centavos de dólar. Así, el cospel que se compra liso, en el exterior, baja su valor de realización con un notable ahorro en términos de mano de obra. Según la Casa de la Moneda de Argentina, la versión bimetálica que se usó hasta ahora podría pagarse un peso la unidad, pero para obtener solamente el cospel virgen. Otro cambio está en el peso del metal: de 6,35 gramos se pasa a 4,3, para alivio de los bolsillos y, claro está, de las arcas públicas.