Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Francisco Uranga, coordinador del CEER
Francisco Uranga, coordinador del CEER
Francisco Uranga, coordinador del CEER
Los temas sobre los cuales conversa una sociedad dicen mucho acerca de ella, qué cosas le preocupan, cuáles prioriza, qué ideales la movilizan. ¿De qué hablamos los entrerrianos? ¿De qué discuten y de qué se ocupan sus dirigentes? Y sus medios de comunicación, ¿qué agenda siguen?, ¿la oficial, tal vez?

A Francisco Uranga, coordinador general del Consejo Empresario de Entre Ríos, esta cuestión le parece crucial, quizás porque –aunque no lo explicite- le gustaría que el debate público en la provincia se pareciera, al menos algo, a las sobremesas de su familia, donde una y otra vez el eje pasaba por encontrar la manera de lograr el desarrollo entrerriano. O, dicho de otra forma, cómo librar a Entre Ríos del subdesarrollo.

El joven coordinador general del Consejo Empresario de Entre Ríos aceptó un mano a mano con El Entre Ríos. Tiene 34 años y es ingeniero industrial, egresado de la UBA. Hizo un máster de periodismo en el diario El País, de Madrid, donde luego trabajó un año en la sección de economía.

Su abuelo, Raúl Lucio Uranga, fue gobernador entre 1958 y 1962. En homenaje a él, el túnel subfluvial, una obra clave de la integración de Entre Ríos, lleva su apellido. Su padre, Lucio Isidro, fue el iniciador de la Fundación para el Desarrollo Entrerriano (FUNDER) y de la Agencia Periodística Federal (APF). “Desde chico –recuerda- en mi casa siempre se habló mucho de política, mucho de periodismo y mucho de desarrollo, y uno no se da cuenta, pero es como un ambiente en el que uno crece”.

Pero Francisco no saca chapa de esta historia. Al hablar, en un estilo coloquial y sencillo, se muestra especialmente respetuoso de todas las posturas, procurando alcanzar un equilibrio en sus juicios. Sólo si se le pregunta, exhibe sus lazos familiares, entre los que también resuena un tío que integró la selección argentina de básquet. “Pero no heredé nada de ese lado (se ríe). Ni soy tan alto, ni soy tan bueno en los deportes”.

Puesto ante la incómoda situación de tener que caracterizarse a sí mismo, Francisco Uranga dice ser un “curioso” que trata de entender “cómo funciona el mundo”, y tiene una idea fija: el desarrollo provincial.

Al tope de una “agenda para el desarrollo sustentable” ubica una cuestión a la que juzga decisiva: “Generar condiciones para incrementar la tasa de inversiones”. Y postula la necesidad de “revalorizar el sector privado”, “dejar de demonizarlo”. La contracara es que ve al sector público sobredimensionado, pero, aclara, no se trata de “darle un hachazo”.

No por casualidad Francisco Uranga resalta un dato: “el salario promedio del sector público es un 50% más alto que en el sector formal privado”. Y, enseguida, una consecuencia: “Una persona joven que está por decidir qué va a hacer de su vida, encuentra dos grandes salidas: trabajar en el Estado o irse a otra provincia a buscar oportunidades”.

En especial, le preocupa un intangible sin el cual no hay sociedad que funcione: “la confianza”. “El exceso de desconfianza casi siempre es una estupidez, porque frena todo. No se puede hacer nada solo. Hay que tratar de tejer redes, capital social”, remarca.

Se muestra especialmente firme para repudiar las usurpaciones y reclamar de las autoridades “que se expresen con claridad a favor del respeto a la propiedad privada y el Estado de derecho”. “Esto no quita que haya un gran déficit de viviendas en Argentina que viene desde hace décadas. Pero ese problema no se va a resolver con tomas”, remarca.

Admite que las medidas que hay que tomar para revertir el abismal déficit de la Caja de Jubilaciones son “antipáticas”. “Probablemente la edad de jubilación tenga que ampliarse” y “haya que evaluar si el 82% móvil es sustentable”, dice Uranga.

Consultado sobre el periodismo entrerriano y la calidad de su selección noticiosa, no esquiva lo que, a todas luces, es un tema espinoso: “Al tener pocos recursos, termina estando muy condicionado por el sector público”.
El problema demográfico: “La gente vota con los pies"
- Te fuiste de Entre Ríos pero volviste. Lo común en muchos jóvenes entrerrianos es irse para no regresar. ¿Somos una provincia expulsora, que no consigue retener a sus hijos?

- Alguna vez escribí sobre eso, antes de estudiar periodismo. Es lo típico, la gente vota también con los pies. Cuando el sistema no da una buena respuesta, se van a otro lado. Generalmente hay un vínculo entre la marcha de la economía y los flujos demográficos. Donde no hay crecimiento y oportunidades, la gente se va expulsada. Se ve bastante claro en Entre Ríos. Tendría que volver a chequear los censos, pero hay una evolución desde fines del siglo 19 hasta la década del 30 más o menos, en que la población aumentó un 65%, y de ahí en más, hasta el 70 y pico, aumentó algo así como un 3%. Que es como decir que no aumentó; en 30 años estuvo prácticamente estancada. Es decir, el crecimiento poblacional que hubo, se fue.

Luego, desde la obra del túnel hasta principios de siglo XXI, hubo un aumento entre el 30 y el 40%, es decir, comenzó a haber una cierta retención. Demuestra que hubo un cambio. Uno lo ve. En los últimos 40 a 50 años, en la provincia hay más universidades, más oportunidades. Justo coincidió también que es el momento en que se conecta territorialmente Entre Ríos. Luego del túnel que se inauguró en el año 69, se hicieron todos los puentes. Parece algo muy trivial y físico, pero es fundamental.
Qué es y qué no es el Consejo Empresario
- Eres coordinador del Consejo Empresario de Entre Ríos. ¿Podrías contar en qué consiste esta entidad?

- Tiene más de 20 años. Nació en 1998. Es una asociación, una entidad empresaria, que tiene una característica especial relacionada con lo que NO es, porque no se trata de una asociación gremial, no hace lobby, no se dedica a pujar por los intereses de un sector, como hay otras que lo hacen muy bien. El Consejo Empresario en cambio es transversal, más heterogéneo. Hay industriales pero también hay empresas del sector primario, hoteles, bancos, constructoras, del comercio. Es muy heterogéneo, bastante representativo tal vez de la economía de la provincia. Los socios tienden a definirlo como un lugar adonde, en vez de ir a pedir o a reclamar, van a entregar, sobre todo tiempo. Puede sonar romántico, pero lo que buscan es reunir esfuerzos para impulsar el desarrollo. Tiene ejes de trabajo: pensar a largo plazo, pensar sustentable, y buscar diálogo, conexión y vínculo con la sociedad, incluido el gobierno.

La entidad tiene proyectos emblemáticos, como el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, que empezó hace más de 10 años a analizar las cuentas públicas, pero no con un espíritu de fiscalización sino de poner en debate qué es lo que pasa en la provincia. En Entre Ríos hay pocos ámbitos en los que se debata de cara a la sociedad el desarrollo, la marcha de la economía. Ese es el foco. Son estudios en los que se habla sobre, por ejemplo, el presupuesto, deuda, la situación de la Caja de Jubilaciones, la recaudación fiscal, las diferencias en las tasas de inversiones entre nuestra provincia y las demás de la región centro.

- ¿Las empresas piden asociarse o deben ser invitadas?

- Normalmente hay algún tipo de vínculo con algún otro asociado y debe mostrar interés. Para asociarse, hay dos empresas miembro que la recomiendan y el comité ejecutivo aprueba, que siempre lo hace. Uno de los objetivos que tenemos como Consejo es ampliar la presencia territorial, que haya más empresas de toda la provincia. Está algo sobre representada Paraná. Tal vez porque esto también surge de vínculos humanos y se van recomendando unos a otros.
Una agenda para el crecimiento sustentable
- ¿Qué temas no deberían faltar en lo que sería una "agenda" entrerriana enfocada en el crecimiento sustentable?

- El primer desafío que tiene Entre Ríos, y Argentina en general pero la provincia probablemente más, es cómo generar condiciones para incrementar la tasa de inversiones.

Entre Ríos tiene muy pocas inversiones y es muy difícil que se expanda el sector privado, que genere empleo, sobre todo empleos bien remunerados, y que de esa manera haya un incentivo para que los jóvenes no se vayan a buscar oportunidades en otros lugares.

El objetivo es aumentar la inversión, para aumentar el empleo y mejorar la competitividad, el valor agregado en la provincia. Para ello es importante identificar qué sectores pueden llegar a captar inversiones, a atraerlas. En función de eso, hay que repensar tanto el sistema impositivo como la infraestructura, pero tiene que darse todo dentro de un cierto modelo, qué queremos producir como provincia, a quiénes le queremos vender nuestra producción, cómo vamos a hacer, con quiénes tenemos que vincularnos. Todo eso forma parte de una agenda integral, teniendo una visión global.

Hay muchas propuestas que están sobre la mesa. Hay algunas cadenas en las que Entre Ríos se destaca, relacionadas con la producción agroindustrial. Por ejemplo, en la avicultura la provincia es líder, más de la mitad de la producción de pollos del país se hace acá. Hay otros sectores que también tienen potencial. Probablemente la industria porcina sea un sector para desarrollar, tiene potencial. Hay industrias farmacéuticas muy importantes en la provincia y además hay un complejo vinculado con la biotecnología en la zona de Paraná que es bastante importante y debería aprovecharse. Está la industria forestal, que tiene mucho potencial, sobre todo en la costa del Uruguay, el citrus, el arroz. Son sectores primarios que tienen un recorrido y a los que hay que prestar atención para que eso sea la base para aumentar la producción.

Hay algunas empresas de software, de lo que hoy es la economía del conocimiento, que tienen un cierto potencial. Además hay un marco regulatorio nuevo en el país, una nueva ley de incentivos para el sector, que es súper importante porque además tiene un desarrollo en todo el país y avanza hacia el futuro. Son ejemplos, aunque de ahí para adelante se puede trabajar en muchos sectores más. Ahora, para eso, hay que tener una economía nacional mucho más estable. No podemos, con las políticas micro, resolver los problemas de la macro.
Reforma del Estado, ¿sí, no, cómo?
-¿Para atraer inversiones, hay que reformar el Estado?

- Siempre recuerdo un informe que toma el caso de Paraná puntualmente y, cuando compara, ve que el salario promedio del sector público es un 50% más alto que en el sector formal privado. ¿Por qué? Tiene que ver con la estructura de la provincia. Muchos de los empleados del sector privado son de baja productividad, que no están muy bien remunerados, en sectores con sueldos bajos, y el Estado provincial suele tener un salario bastante superior.

Cuando uno ve esto, una persona joven que está por decidir qué va a estudiar o si lo va a hacer o no o qué va a hacer de su vida, encuentra dos grandes salidas. Una es trabajar en el Estado y otra es irse a otra provincia a buscar oportunidades.

Paraná está condicionada por la presencia del Estado, trabaja mucha gente en el Estado y también mucho comerciante vive de los sueldos de los empleados públicos. Es un gran entramado donde el Estado cumple un rol central.

- ¿Y entonces?

- Ahora voy a la pregunta: Reducir el Estado, en gran medida, puede llegar a deprimir al sector privado, porque están muy atados. No es tan simple, que uno dice 'bajo el peso del Estado y automáticamente empiezo a tener un mayor desarrollo privado'. Por eso es difícil justamente encontrar la salida.

Lo que necesita la provincia claramente es encontrar núcleos de agregado de valor muy claros que puedan generar inversiones por sí mismas, y tal vez sí, en esa búsqueda de la nueva producción, haya que pensar en nuevos esquemas impositivos, en regímenes de promoción con beneficios fiscales para la producción adicional que se genere, en créditos subsidiados, o sea, mecanismos -repito, todo muy atado por la situación económica actual- específicos para esto.

Pero es un equilibrio muy fino. No es darle un hachazo al Estado porque eso puede tener consecuencias muy graves en el tejido actual de la provincia. Es un proceso que lleva tiempo.

- Hablas del desafío de lograr atraer inversiones privadas para generar empleo genuino, pero al mismo tiempo resaltas que los mejores sueldos estatales atraen a los jóvenes hacia la administración pública. ¿Cómo se concilian ambas cosas?

- Entre Ríos tiene todas las condiciones para tener un sector privado más dinámico y pujante. No somos una región condenada al fracaso. De hecho uno puede ver Uruguay, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, son todas regiones que están alrededor y avanzan. Tienen una prosperidad que nosotros hoy no tenemos y oportunidades, nivel de intercambio. Eso nosotros lo podemos tener, Entre Ríos puede tener un muy buen futuro, no es que tiene que ser sí o sí una provincia condenada al estancamiento.

Se puede conseguir solamente potenciando al sector privado y, solo así podés resolver el problema del sobredimensionamiento del sector público, que existe.

El diagnóstico es bastante compartido, que es muy grande el sector público, que hay ciertas actividades que deberían replantearse, y también tiene que ver con el exceso de gastos en la Caja de Jubilaciones. Hay un montón de cosas que están todas vinculadas en un entramado muy complejo. Pero, sin dudas, lo que está muy claro es que hay que revalorizar el sector privado, dejar de demonizarlo.
Las demonizaciones y la destrucción de la confianza

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Francisco Uranga es nieto de Raúl, exgobernador de Entre Ríos, e hijo de Lucio Isidro, fundador de la agencia APF Agrandar imagen
Francisco Uranga es nieto de Raúl, exgobernador de Entre Ríos, e hijo de Lucio Isidro, fundador de la agencia APF
- Las demonizaciones deberían evitarse en ambas direcciones, ¿no?

- Sí. Probablemente las dos partes, sector público y privado, tengan razones para demonizar al otro y a la vez estén equivocados en alguna medida.

Hay un tema que me parece central, que en Argentina está muy lastimado, que es la confianza. Hay cierta dinámica en torno a la política pero también en los sectores empresarios que lleva a que todos estén sospechando que el otro de alguna forma me quiere joder. Es muy difícil construir así. Un poco de escepticismo es siempre inteligente, no hay que creerse todo. Pero el exceso de desconfianza casi siempre es una estupidez, porque frena todo. No se puede hacer nada solo. Hay que tratar de tejer redes, capital social.

Sin duda hay conflictos de intereses entre privados y el Estado. Sin ir más lejos, para el Estado la recaudación fiscal son sus ingresos y para las empresas son sus gastos, y ahí hay un conflicto inevitable. Pero lo bueno es, conociendo estos conflictos de intereses, tratar de manejarlos y, donde no los hay, no inventarlos. Tratar de colaborar. Hay muchos espacios donde se puede hacer un montón.
Las usurpaciones, una “señal muy negativa”
- Por estos días, las noticias están atravesadas por las “tomas” de tierras. ¿Cuál es tu mirada? ¿Acaso es posible atraer inversiones y fortalecer el sector privado en estas condiciones?

- El incremento de las usurpaciones de tierras en todo el país es muy preocupante. De hecho, el Comité Ejecutivo del Consejo Empresario emitió un comunicado en el que solicita a la Justicia que actúe con celeridad en estos casos y a las máximas autoridades de los gobiernos nacional y provincial que se expresen con claridad a favor del respeto a la propiedad privada y el Estado de derecho.

Como dije antes, el sector privado va a ser central para encarar la recuperación económica. Para eso es necesario un clima favorable a la inversión, que es la única forma de aumentar la producción y generar empleo formal privado. Las tomas de tierra son una señal muy negativa que nos aleja de ese camino.

Esto no quita que haya un gran déficit de viviendas en Argentina que viene desde hace décadas. Pero ese problema no se va a resolver con tomas de tierras. Más bien, todo lo contrario. Y no solo perjudica la seguridad jurídica, sino que incrementa la conflictividad y pone en riesgo la paz social.

Las usurpaciones de tierra agregan incertidumbre a un escenario ya muy complejo. Y por eso los empresarios de la provincia piden un pronunciamiento claro a la dirigencia política. Los titubeos y las declaraciones contradictorias no ayudan. Se necesita una gran dosis de responsabilidad, confiar en el diálogo y, sobre todo, respetar la constitución nacional.
Las soluciones “antipáticas” para la Caja de Jubilaciones
- Si le preguntan al Consejo Empresario cómo revertir el déficit de la Caja de Jubilaciones, ¿qué respondería?

- Probablemente lo primero que haya que hacer, que es muy antipático y no me siento cómodo diciéndolo, es que deberíamos tener el mismo criterio que el sistema nacional respecto de las edades jubilatorias. Y eso que en el ámbito nacional hay una discusión pendiente. Nosotros tenemos un doble atraso, primero deberíamos estar igual que a nivel nacional, con los mismos criterios, las mismas edades, los mismos años de aporte, todo igual. Y lo segundo, que a nivel país se avance. Porque la esperanza de vida aumenta y los años de actividad también. Probablemente la edad de jubilación tenga que ampliarse y eso ahorra una barbaridad de recursos para el Estado.

- Entonces, ¿lo primero es elevar la edad jubilatoria?

- Hay que llegar a los niveles de Nación y después participar de la discusión a nivel nacional, de cuáles deberían ser las edades en todo el país. Sería fundamental.

Hay que entender que si nosotros gastamos tantos recursos en el pago de jubilaciones -que no está mal dentro de un modelo social y hay consenso sobre eso-, extendiendo la edad se puede ahorrar para destinar a inversiones en infraestructura, por ejemplo, que la provincia hoy no puede resolver, o en equipamiento para los hospitales, para las escuelas, los policías, mejorar los salarios.

Después, Entre Ríos tiene el 82% móvil, que es un beneficio muy importante y probablemente habrá que evaluar si realmente es sustentable esta fórmula. Lógicamente, esto también es antipático. Hay todo un funcionamiento muy complejo de la Caja de Jubilaciones que tendría que plantearse en términos más racionales y modernos.
”La composición de la deuda provincial cambió” y el riesgo es mayor
- El Consejo Empresario hace un seguimiento de la deuda provincial. ¿Cómo mira la renegociación en marcha, tras la imposibilidad de cumplir con el cupón de agosto/septiembre?

- La deuda aumentó mucho en los últimos años. Hubo un cambio en la composición de la deuda a partir de 2017. Empezó a aumentar el endeudamiento en títulos del Estado emitidos en dólares. Eso aumenta el riesgo, porque cualquier disparada del dólar significa que se necesitan mucho más pesos para pagar y eso es lo que le pasó al Estado provincial. Cada vez tiene que destinar más recursos a pagos de intereses y capital.

Lo que pasó es que la provincia entró en etapa de renegociación, en línea con lo que pasó a nivel nacional. No necesariamente está mal, porque puede llegar a permitir generar un perfil de deuda más sustentable. Está bien que se aborde y no se siga pagando de una forma muy cara para la provincia.
“El periodismo, al tener pocos recursos, termina estando muy condicionado por el sector público"
- Considerando que te apasiona el periodismo, ¿cómo ves la agenda de los medios en la provincia? ¿Hay una agenda muy "oficial" o la ves orientada a la búsqueda del crecimiento económico sustentable de Entre Ríos?

- ¿Vos querés que me gane enemigos con esta pregunta? (Se ríe). Creo que en Entre Ríos pasa algo que es muy típico en todos los medios del interior y no sólo de Argentina. Salvo países como España que tiene regiones muy ricas, como Cataluña, y por tanto un periodismo fuerte. Son lugares con un sector privado que pone mucho y eso en general mejora la calidad informativa, porque hay más autonomía y recursos. El periodismo necesita recursos. Está atravesando por una crisis relacionada con los cambios de la transición digital y con la competencia con las redes sociales y un montón de otras formas de informarse. Por todos lados hay competencia por la atención de la gente.

Lo que creo que pasa acá, como en el interior de muchos países del mundo, es que al tener pocos recursos, termina estando muy condicionado por el sector público. No con una censura, no digo que estén presionándolos, pero al final, si uno entra y ve un diario muchas veces, se da cuenta que hay mucho peso de la agenda institucional. Continúan los trabajos de bacheo en el acceso tal... suena más a propaganda que a una nota periodística estrictamente. Estoy siendo tal vez un poco duro con esto, pero eso pasa. O reuniones que no son relevantes, muchas cosas que hacen a la agenda pública, que por ahí le importa mucho a un funcionario público, pero no le importa a nadie más. Entonces te encontrás con muchas noticias poco interesantes y al final la gente no los lee y tampoco tiene el efecto que busca el sector público. Aparece esta dinámica que no es buena.

También hay algún tipo de agenda muy institucional, por ejemplo de los sindicatos. Una protesta de un sindicato importante no deja de ser una nota institucional, una acción que hace una institución que la promueve. Eso me parece que está un poco sobredimensionado en Entre Ríos y pasa en muchos otros lugares.

Pero también estoy convencido que la agenda periodística entrerriana es receptiva del sector privado. No me parece que haya algo en contra.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario