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Uranga (derecha) con Magic y sus compañeros.
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Sebastián Uranga ocupa un sitial de privilegio en la historia del básquet argentino por haber sido una de las grandes figuras que dio la Liga Nacional en sus primeros años y haber jugado varias competencias internacionales con la Selección Argentina a lo largo de más de una década, entre ellas el Preolímpico de Portland 1992 donde Argentina enfrentó al mítico Dream Team de Jordan, Magic, Larry Bird y compañía.
Su participación en la primera Liga Nacional
Nacido el 4 de enero de 1964 en Paraná, Uranga jugaba en Estudiantes de esa localidad cuando fue reclutado en 1981 por Ferrocarril Oeste, en aquella época una de las referencias del básquet nacional en los por entonces Campeonatos Argentinos de Clubes. Eran los años previos a la creación de la Liga Nacional y la entidad de Capital Federal vivió sus mejores años no sólo en el básquet, sino también en el fútbol, porque en esa época, de la mano de Timoteo Grigual, obtuvo sus dos únicos campeonatos.

Tras el certamen de transición disputado en 1984 (que ganó San Andrés de Malaver) llegó la primera temporada oficial de la Liga Nacional, que se adjudicó Ferrocarril tras vencer 2-1 en la serie final a Atenas de Córdoba. “El primer año en la Liga nos encontró con un plantel que tenía un buen recorrido y la base del ‘84. Si bien la mayoría teníamos 21 o 22 años, veníamos jugando hacía rato y el líder era Miguel Cortijo, con 26”, recordó Uranga, elegido mejor jugador de las finales, en diálogo con DEPORTES 12 (lunes a viernes de 20 a 21) de Colón. Y agregó: “En los primeros años Ferro- Atenas fue un verdadero clásico. Ese partido se llevaba todas las miradas, aunque en general las canchas estaban llenas y los equipos eran competitivos, fundamentalmente porque los buenos jugadores estaban distribuidos por todos los clubes”.

Pese a la consagración en el club de Caballito, Uranga retornó a su Paraná local para jugar en Echagüe, que había logrado el ascenso y se convertía en el primer elenco entrerriano en la elite. Al año siguiente pasó a Unión de Santa Fe, aunque para la edición 1987/1988 retornó a Ferro.
Campeón con Najnudel
Derribando el axioma que “segundas partes nunca fueron buenas”, Uranga volvió a Caballito y facturó por duplicado porque Ferro fue campeón de la 87/88 y la 88/89 con León Najnudel como entrenador. Sobre aquel recordado técnico y gestor principal de la creación de la competencia liguista, Uranga indicó: “Es contra fáctico, pero lo más probable es que todo lo que sucedió en los últimos años con la Selección no hubiera pasado sin el aporte de León. La Liga Nacional no fue una creación, fue una lucha de León”, y amplió: “No sé si fue el mejor entrenador, pero sí la persona más importante de la historia de la Liga. Gracias a su aporte, la Generación Dorada nació y creció dentro de una competencia seria y afianzada”.

Cerrado el ciclo en Ferro, Uranga pasó a Gimnasia de Comodoro Rivadavia, donde jugó entre 1990 y 1993, y luego estuvo una campaña en Boca Juniors (93/94), hasta llegar a Olimpia de Venado Tuerto, club en el cual logró su última gesta entre 1994 y 1997, obteniendo la LNB 95/96 y la Liga Sudamericana 1996. “Ese equipo fue una combinación perfecta entre jugadores que teníamos mucha experiencia y jóvenes de gran jerarquía como Jorge Racca, el Puma Montecchia, Leo Gutiérrez y Lucas Victoriano. Era un equipo que iba para adelante en cualquier lado y nunca se lo daba por muerto”, opinó quien finalmente, y tras un paso de un año por Quilmes de Mar del Plata, se retiró en Olimpia en la temporada 1998/1999.
En la selección y su etapa como D.T.
En paralelo a su trayectoria a nivel club, Uranga se fue transformando en un ícono de la Selección Argentina, en la que jugó durante 1983 y 19994. “Me tocó debutar antes de la creación de la Liga y de allí en adelante la evolución fue permanente. El crecimiento de la competencia local fue clave para lo que fue la Selección Nacional”, describió.

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Cerrada su etapa como jugador y luego de algunos años de descanso, Uranga dirigió seis temporadas en el TNA (tres a Unión de Santa Fe, una a Asociación Española de Charata y dos a Echagüe) pero en 2014 abandonó el cargo para formar parte de la estructura de la Confederación Argentina de Básquet, donde hasta 2019 fue Director Deportivo del Torneo Federal. Sobre su función fuera del rectángulo aclaró: “Me gusta mucho, pero hoy no está entre mis posibilidades volver a ser entrenador. Me preparé para la gestión profesional pública o privada. Es una función que si bien no se usa mucho en el país, es muy importante y le descomprime la tarea a los dirigentes”.

Al ser consultado si le causó sorpresa que con una liga que ni siquiera había llegado a sus 20 años, la Selección Nacional logró ganarle dos veces a Estados Unidos y hacer tantos podios en competencias internacionales, el paranaense fue contundente: “Ni en mis mejores sueños imaginé que Argentina iba a llegar a tener jugadores del nivel de la Generación Dorada. Siempre tuvo y tendrá buenos valores, pero esa camada fue tremenda. Fue una combinación perfecta, porque esos chicos se formaron en una LNB desarrollada, por la Ley Bosman pudieron ir a equipos importantes de Europa, y además se abrió el espectro a la NBA”, aunque aclaró: “Ginóbili, Scola, Pepe Sánchez, Oberto, entre otros, fueron estrellas en Europa y jugaron NBA, viéndolo así no debería sorprender que hayan conseguido todo lo que lograron”.

Sobre la etapa post- GN y la continuidad de Argentina en los primeros escalones de los torneos internacionales, Uranga vaticinó: “Mientras podamos mantener un grupo de 8 o 10 jugadores en Europa vamos a estar en la pelea. Hay que sostener este compromiso y este amor por jugar con la Selección”.
Su "último baile" ante el Dream Team
En las últimas semanas el lanzamiento de la serie “El último baile” resultó un aliciente para los amantes del básquet durante la etapa de aislamiento. Uno de ellos fue Uranga, quien la colocó “entre las 3 mejores que vi” y acotó “es una serie impresionante, con cuestiones que trascienden lo basquetbolístico y hablan del liderazgo”.

Uranga fue el único entrerriano que enfrentó al Michael Jordan de Chicago y fue nada menos que en el Preolímpico de Portland 1992, para el que Estados Unidos armó el primer Dream Team. “Fue un grupo de leyendas activas que Estados Unidos juntó con el objetivo de recuperar la hegemonía perdida y en cierta forma relanzar la NBA al resto del mundo”, recordó el paranaense.

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Como era de suponerse, en aquel certamen clasificatorio para las olimpiadas de Barcelona 1992, el Dream Team arrasó y clasificó a la cita de España, donde también ganó todos los partidos y se colgó la medalla dorada. “Vivimos el hecho mítico de enfrentarlos. El resultado (87-128) pasó a segundo orden, sabíamos que no competíamos. Nos encontramos con tipos que sentíamos que eran extraterrestres, fue un hecho muy fuerte para todos nosotros. Entendimos cómo debíamos jugarles y ellos nos dejaron hacer lo nuestro, fue un partido bárbaro, se puede asemejar a un Juego de las Estrellas”, expresó Uranga, quien se animó a contar un par de anécdotas. “Cuando emboco un libre con algo de suspenso, Magic Johnson me tira un comentario riéndose y lo voy a saludar, aunque no llegué a entender que me había dicho. Mi ídolo en ese momento era Larry Bird y quería cambiar la camiseta con él, pero estaba muy lejos. Lo hice con Magic, aunque después la regalé”, confesó.

Para el final expresó su profunda admiración por Emanuel Ginóbili, a quien considera “el mejor deportista argentino de la historia”, exponiendo sus argumentos: “En Argentina el básquet no es un deporte de primer orden como el fútbol, en el cual es muy probable que un jugador sea figura en una liga de elite. Manu fue figura en la NBA, la liga de las estrellas, que está muy por encima de cualquier otra”, y cerró: “Fue artífice de los hechos deportivos más grandes de la historia argentina”.
Fuente: El Entre Ríos - Radio 12.

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