El reconocimiento a quienes formaron parte de la institución, a lo largo de estas cinco décadas, fue a través de la entrega de diplomas a exintegrantes de la asociación propietaria y exrectores, recibidos en algunos casos por sus familiares.
También descubrieron placas, en agradecimiento por los años compartidos en el anterior edificio, la Escuela Nº 111 José Manuel Estrada, además de la asociación propietaria, la municipalidad, en recuerdo de Estrella Grantón (integrante de la asociación propietaria y exdocente, fallecida en 2014) en un árbol que había donado y en homenaje a la hermana Virginia, una de las fundadores, imponiéndole su nombre al salón de usos múltiples. Los oradores de la noche fueron Norberto Orcellet, presidente por décadas de la asociación propietaria; Marisa Chaulet, actual rectora; la egresada y profesora Natalia Gorosito; y el presbítero Juan Esteban Rougier, al momento de bendecir las placas.
Con el salón de los recuerdos en una de las aulas, la historia del instituto se hizo presente, a través de fotografías, láminas, antiguos uniformes, objetos y recortes aportados por El Entre Ríos, cuando en 1968 se llamaba a inscripción de la primera cohorte y se anunciaban eventos benéficos para solventar gastos del nuevo colegio.
A través de las palabras pronunciadas durante la velada, se repasaron los 50 años de trabajo, la actualidad de la institución y su proyección, de la mano del agradecimiento y el reconocimiento a la sociedad por su constante apoyo.