Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Una negociación extenuante en Bruselas, con la intervención a la distancia de presidentes y jefes de gobierno, llegó a un desenlace histórico: ambos bloque anunciaron la firma del tratado, cuya discusión comenzó hace 20 años.

"Ambas partes están trabajando arduamente para solventar las cuestiones pendientes", había confirmado a primera hora de la mañana una fuente de la institución europea que participa de las negociaciones. Desde el amanecer europeo iban y venían llamados a Osaka, añadieron fuentes argentinas. Es decir, se buscó el aval al máximo nivel político para destrabar los temas más espinosos. A la distancia, Macri, el brasileño Jair Bolsonaro y líderes europeos como Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia) y Pedro Sánchez (España) subían y bajaban el pulgar ante las consultas de sus negociadores.

Las fuentes indicaron que la discusión se tensó en las horas finales entre Brasil y los representantes europeos, en lo relativo a las ofertas sobre algunos sectores agrícolas. Los roces entre Bolsonaro y los líderes europeos había marcado la semana, a raíz de las críticas que le propinaron Merkel y Macron por su postura respecto del cambio climático. En el bando europeo, la canciller alemana fue quien más promovió el acercamiento, mientras que el francés encabezó el ala más escéptica.

Al cabo de dos días enteros de tratativas, los negociadores estallaron en un aplauso a las 18.30 (13.30 de la Argentina) cuando se alcanzó el acuerdo definitivo.

Mientras anochece en Europa, terminan de ajustarse los detalles finales de la comunicación oficial. La comitiva argentina en Bruselas está integrada por el canciller Jorge Faurie; el ministro de Producción, Dante Sica; y los secretarios Horacio Reyser (Relaciones Internacionales de la Cancillería), Marisa Bircher (Comercio Exterior) y el entrerriano Luis Etchevehere (Agroindustria).

Las gestiones por el acuerdo de libre comercio entre los dos bloques se iniciaron en 1999, se congelaron en 2004 y fueron retomadas en 2010. Si se anuncia finalmente el "acuerdo político", se abriría un período de alrededor de seis meses para pulir legalmente el tratado, traducirlo a las más de 20 lenguas de los países firmantes y enviarlo a los parlamentos nacionales, que deben aprobarlo para que entre en vigor.

El pacto permitirá reducir aranceles en sectores como el automotor y el agrícola entre ambos bloques. En algunos casos sería una reducción gradual; en otros, automática. Será el acuerdo más importante en la historia del Mercosur y uno de los más grandes que haya firmado la Unión Europea, al crear un mercado total de 770 millones de consumidores. Cálculos privados estiman que el comercio interbloque podría duplicarse a partir de la aplicación. En 2018 el volumen fue de casi 100 mil millones de dólares, con la balanza comercial ligeramente favorable a los europeos.
Fuente: La Nación

Enviá tu comentario