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"Es un verdadero narco". Así definen los investigadores a Gustavo Ramón Trinidad, el hombre que cayó preso el martes último, tras permanecer más de dos semanas prófugo.

El Juzgado Federal de Concepción del Uruguay había ordenado su detención al considerárselo miembro activo del "clan criminal familiar" integrado por la empleada del Inaubepro, Gabriela Francia, y su esposo Juan Pablo Solari, ingeniero y docente de la UNER.

"Trinidad era la contracara de Gabriela Francia. Ella tenía una gran exposición pública a través de la Fundación Conased y de las exposiciones de la Municipalidad en el Centro de Convenciones de Concordia. Él, en cambio, pasaba totalmente desapercibido", explicaron.

En las bases de datos no hay registro de que Trinidad desarrolla alguna actividad económica, siendo que es un hombre que se encuentra en la plenitud de su vida laboral: tiene 43 años de edad. No figura como empleado, ni como empleador, ni tampoco como monotributista. Es decir, ni siquiera aparece ligado a un negocio que sirviera de fachada para justificar su estándar de vida.

Aunque el 8 de Junio no pudo apresarlo, la Policía Federal allanó una casa por calle Urdinarrain, en inmediaciones del Parque Ferré, que Trinidad había comprando recientemente y que estaba remodelando por completo.

Además, fuentes confiables ligadas a la investigación confirmaron a El Entre Ríos que el auto en el que se movilizaba Gustavo Trinidad al momento de ser detenido, un Peugeot 308 bordó, figura en el extenso listado de vehículos adquiridos por la organización delictiva, y que la Policía Federal entregó a la Justicia. En esa misma lista están identificados los dos Renault Duster cero kilómetro que en menos de un año había adquirido el padre de Gabriela Francia.

La mayoría de los 18 detenidos comparten los apellidos Francia y Trinidad. Junto a Gabriela, en la cárcel de mujeres de Paraná están alojadas su madre y su abuela.

"Todos los integrantes de las familias estaban involucrados, hasta la abuela. Cada uno tenía un rol distinto, pero no hay dudas de que sabían lo que hacían y tenían algún grado de participación" explicaron a El Entre Ríos.

De manera extraoficial, se ha dejado entrever que la "investigación está completa". No obstante, admiten que aún no se han hecho las pericias correspondientes a los numerosos celulares secuestrados, de los que podría surgir nueva información.
Fuente: El Entre Ríos

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