Siguiendo expresas directivas de la subsecretaria de Ambiente Sustentable, Rosa Hojman, el funcionario pudo constatar lo denunciado por los vecinos y los efectos negativos por el hedor y la contaminación ambiental provocada en el lugar. Seguidamente, procedió a labrar las actas correspondientes, por infracciones a las disposiciones vigentes en el Código Ambiental de la ciudad.
“Asistimos ante el pedido urgente de los vecinos del barrio a comprobar la situación de infracción por contaminación ambiental. En este Día de la Tierra, volvemos a hacer un llamado sobre la importancia de tener una conducta responsable como ciudadanos (en el rol de vecinos, empresarios o servidores públicos) en relación al cuidado del planeta y repudiamos profundamente estas muestras de desprecio a la ciudad, a los vecinos del barrio y el entorno natural”, afirmó Hojman.
La mercadería volcada en un contenedor –en mal estado y que provocaba olores nauseabundos en la zona– fue retirada por el camión recolector de residuos este domingo por la tarde. Y de acuerdo a lo que trascendió, el área de Habilitaciones de la Municipalidad intervendrá desde este lunes por la violación de la faja de clausura.
Clausurado en medio de un escándalo
Este supermercado protagonizó un serio incidente a finales de 2017. El 28 de diciembre del año pasado, se presentó Eduardo Sunzunegui en la Dirección de Habilitaciones Comerciales de la Municipalidad de Paraná con una denuncia destinada a provocar escándalo: pidió que levantaran la clausura preventiva que las autoridades le habían aplicado al super de capitales orientales Sonrisas, con el argumento de que ya se le había pagado a dos empleados municipales, que identificó con nombre y apellido, para que ello ocurriera.Sunzunegui, en representación del supermercado, habría pagado $40 mil, en dos tramos de $30 mil y $10 mil. Uno de los empleados que sindicó como beneficiario del cobro sería el chofer del director de Habilitaciones Comerciales, Orlando Gómez. El relato lo hizo primero ante el propio Gómez, y después frente al secretario legal y técnico de la Municipalidad, Walter Rolandelli, que lo denunció en la Justicia.
Clausurado todavía –aunque sin la faja de clausura– el super Sonrisa, ya sin clientes ni actividad, volcó su mercadería, vencida, a la calle, sin cumplir los más mínimos requisitos de respeto a las normas ni al cuidado del medio ambiente.