“Es el mismo Amor de Dios el poder que rescata a Jesús de la muerte y lo resucita para que transfigurado su cuerpo humano pueda participar de la Vida gloriosa de Dios”, indicó en un pasaje de su homilía.
“La resurrección de Jesús es pura ganancia para nosotros, porque Jesús, hombre verdaderamente resucitado, nos garantiza que perdonados del pecado, estamos destinados a participar eternamente con El de la fiesta de la resurrección y de la Vida en el Cielo”, destacó luego.
“Que la Pascua “resucite” nuestra vida cristiana y nos renueve para ser bautizados que vivimos como auténticos cristianos: dando testimonio siempre y en todas partes de Fe, Esperanza y Caridad. Amén”, finalizó.
El mensaje completo
Queridos hermanos, ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! Hoy celebramos una liturgia llena de alegría, de signos y de luces. Una celebración que renueva nuestra esperanza y nos anima a vivir la vida como una peregrinación a la fiesta de la Vida Eterna en el Cielo porque el poder del Amor de Dios ha resucitado a Jesucristo. Es el poder del Amor del Padre que creó al mundo; que liberó a Israel de la esclavitud en Egipto; es el poder del Amor de Dios que purifica del pecado y regala un corazón nuevo; arranca el corazón de piedra y da un corazón de carne, que sepa amar con ternura y misericordia. Es el mismo Amor de Dios el PODER que rescata a Jesús de la muerte y lo resucita para que transfigurado su cuerpo humano pueda participar de la Vida gloriosa de Dios.La resurrección de Jesús es pura ganancia para nosotros, porque Jesús, hombre verdaderamente resucitado, nos garantiza que perdonados del pecado, estamos destinados a participar eternamente con El de la fiesta de la resurrección y de la Vida en el Cielo.
Cómo no estar alegres en este día, cómo no tener esperanza…, Cristo Resucitado nos ha perdonado y nos ha regalado la certeza de la Vida Eterna.
El regalo de la Vida Nueva, del perdón de nuestros pecados y la esperanza de resucitar con Cristo lo hemos recibido en el Bautismo. San Pablo, en la carta a los Romanos nos enseña: “¿No saben Uds. que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó… también nosotros llevemos una Vida nueva”.
Por eso, en la Pascua, también celebramos el DON del bautismo: somos hijos de Dios, hermanos de Jesús Resucitado y herederos del Cielo. Dentro de un momento renovaremos las promesas bautismales y seremos rociados con agua bendecida para renovar nuestro Bautismo. Renovar el bautismo es decidir vivir, con más coherencia, como discípulos de Jesús. Es decidir caminar con él, aprender de él en la escuela del Evangelio, hacer nuestros los sentimientos de su corazón y aprender que el distintivo del cristiano es el servicio, humilde y fraternal.
Que la Pascua “resucite” nuestra vida cristiana y nos renueve para ser bautizados que vivimos como auténticos cristianos: dando testimonio siempre y en todas partes de Fe, Esperanza y Caridad. Amén.
