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Una delegación del Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS) entregó al cónsul de Finlandia en el país vecino, Andrew Allen Cooper, una extensa carta dirigida a Sanna Marin.

En la misiva, sus firmantes denuncian “graves problemas económicos, ambientales, sociales y políticos” presuntamente ocasionados por la “conducta” de la empresa pastera, así como sus “implicaciones” en las relaciones entre ambas naciones. “La ausencia de una representación diplomática de primer nivel en el país, permite confundir las políticas de Finlandia hacia Uruguay con los intereses de esas empresas particulares”, esgrimen como principal argumento.

A nivel ambiental, señalan los supuestos impactos a mediano y largo plazo de las plantaciones forestales con destino a celulosa “que alteran gravemente el ecosistema de pasturas naturales de esta región, reducen drásticamente la biodiversidad, extraen minerales y nutrientes de la tierra sin reponerlos y reducen gravemente la disponibilidad de agua”.

La nota está firmada por la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida, Un Solo Uruguay, No al tren de UPM, el Colectivo Ecofeminista Dafnias, la Confederación de los Pueblos Costeros, la Asociación Civil Ambientalista de Salto, Maldonado por la Tierra y el Agua, Mujeres en Alerta de la Costa, el Grupo Guayubira, la Red de Acción en Plaguicidas, Uruguay, entre otras y el Movimiento Mundial por los Bosques.
Textualmente, la carta completa
Montevideo, 2 de setiembre de 2020

Sra. Primera Ministra de Finlandia
Sra. Sanna Marin

Presente

Estimada Señora

Las organizaciones sociales, ciudadanos y ciudadanas uruguayas abajo firmantes, queremos denunciar ante usted los graves problemas económicos, ambientales, sociales y políticos ocasionados por la conducta de la empresa UPM Kymmene Oy en nuestro país, así como sus implicaciones en las relaciones entre Uruguay y Finlandia.

En lo económico, UPM ha impuesto condiciones ruinosas al país para confirmar su más reciente inversión en una segunda planta de celulosa. Uruguay se hace cargo del 60% de la inversión del proyecto, construyéndole una vía férrea y otras obras de infraestructura, sin ninguna parte en las ganancias, pues la empresa opera en zona franca, exportando el 100% de su producción, totalmente libre de impuestos.

Las exenciones tributarias y subsidios obtenidos por UPM configuran una situación económica privilegiada, sin precedentes en el país, que le permiten ejercer una competencia desigual con el resto de las actividades productivas.

En lo ambiental, las plantaciones para abastecer plantas de celulosa tienen graves consecuencias. Nuestro territorio es parte del Bioma Pampa o Pampa Húmeda, una zona privilegiada del planeta por la fertilidad de sus tierras. Los árboles crecen muy rápido aquí, pero UPM hace en Uruguay lo que tiene prohibido en Finlandia.

El eucalipto y el pino son especies exóticas en esta región. Investigaciones científicas demuestran que las plantaciones de estos árboles alteran gravemente el ecosistema original, reducen drásticamente la biodiversidad, extraen los minerales y nutrientes de la tierra sin reponerlos y reducen gravemente la disponibilidad de agua.

A mediano y largo plazo, estas plantaciones para la producción de celulosa inician un proceso de desertificación que pone en peligro el futuro del país. El avance de las plantaciones forestales ha desplazado a los pobladores, sobre todo a productores familiares, por el aumento de las plagas y la falta de agua en sus tierras, entre otras causas.

En lo social, la Fundación UPM organiza cursos para maestros, realiza donaciones a las escuelas y las poblaciones vecinas de sus plantaciones forestales. De la manera como lo hace, no es un aporte real a la comunidad, es solamente propaganda de su actividad para lograr el respaldo de la población a sus proyectos.

Las actividades de UPM en el sistema educativo y en las comunidades son acciones paternalistas al estilo de las colonias industriales, meras obras de caridad facilitadas por sus enormes ganancias gracias a los subsidios concedidos. Al mismo tiempo, sus proyectos generan prostitución infantil y otros problemas sociales.

Para su segunda planta de celulosa en el centro del país, UPM exigió la construcción a cargo del estado uruguayo de una vía férrea prácticamente exclusiva. El proyecto ferroviario fue diseñado por UPM atravesando zonas densamente pobladas con celulosa y productos químicos peligrosos. Los reclamos de los vecinos han sido ignoradas sistemáticamente, tanto por el gobierno como por UPM.

UPM interviene asimismo en las políticas laborales, pretendiendo que los acuerdos a los que llega con sus trabajadores sean aplicados en el resto del país.

En el plano político e institucional, los acuerdos impuestos por UPM y aceptados por el gobierno nacional ignoran disposiciones constitucionales y legales, así como eluden el debate con la población y el aval del Poder Legislativo. Gradualmente, UPM ha adquirido una presencia avasalladora propia de las relaciones coloniales.

Hoy hay una movilización social sin precedentes en Uruguay. Se han hecho decenas de conferencias, debates, manifestaciones públicas y acciones legales contra la planta de celulosa proyectada. Miles de vecinos han firmado contra el paso del tren de carga de UPM por las zonas donde viven. Se ha iniciado una recolección de firmas para promover un plebiscito nacional que anule los contratos firmados con UPM.

La fuerte gravitación económica y política de UPM y otras firmas finlandesas en el país no se corresponde con la existencia de un Consulado Honorario. La ausencia de una representación diplomática de primer nivel en el país, permite confundir las políticas de Finlandia hacia Uruguay con los intereses de esas empresas particulares.

El motivo de esta denuncia es advertir a los poderes del estado en Finlandia sobre la actuación de la empresa UPM en nuestro país y los conflictos que se están generando en nuestra sociedad, que de proseguir así se agravarán irremediablemente.

Desde ya, agradecemos a usted la atención a esta carta y quedamos a su disposición por cualquier aclaración que considere necesaria.

La saludan atentamente.
Sobre el movimiento
El Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS) nació en reacción al proyecto de megaminería de Zamin Ferrous (Aratití), en el año 2011 en Montevideo. Actualmente, congrega a organizaciones sociales, grupos de investigación y personas en torno a su ideario de "sostenibilidad ambiental": grupos de productores rurales, organizaciones ambientalistas, agrupaciones de defensa de recursos naturales, centros de estudio e investigación y facultades de la Universidad de la República.
Fuente: El Entre Ríos

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