Respecto a la mezcla de sensaciones con la que convivió por estar tan cerca del título, pero con el riesgo que implica poder quedar fuera de competencia, expresó: “Pasé cerca del piso y de la caída varias veces, muchas más que en una fecha normal. Quizás fue falta de concentración, pero lo cierto es que no quería esperar a la última fecha porque puede pasar cualquier imprevisto que te deje fuera de carrera”.
El hijo de “Chino”, quien encabeza el staff técnico y fue campeón argentino en 1991, destacó aún más el campeonato por el difícil momento económico que se atraviesa: “No somos los de presupuesto más alto. Arrancamos el año con el presupuesto de 2018 y con la idea de sumar puntos e ir viendo cómo transcurría el torneo. Sólo entrenamos una vez antes de cada carrera y clasificamos casi siempre con gomas usadas. Por eso, la satisfacción que tenemos es mayor”.
Por último, analizó su futuro: “El título, y más aún la forma en que se dio, siendo superiores y constantes, puede ayudar a abrir puertas para el año que viene. La idea es saltar de categoría y preparar un 1000 para pelear arriba. Las ganas y las posibilidades de volver a Europa siempre están, pero todo depende de lo económico y la verdad lo veo muy difícil en este momento”.