El Ministerio Público considera que “durante el juicio quedaron probados ocho casos de corrupción y prostitución de menores” y solicita que se aplique una pena superior a la que fue dictada en primera instancia. Según manifestó Beherán, el abogado “fue juzgado por 12 hechos en total. Dos de ellos fueron declarados prescritos, al inicio del proceso, porque son de los años 1975 y 1976. Los restantes fueron entre 1993 y 1996, menos el caso por el cual fue condenado que ocurrió entre 2004 y 2011, aproximadamente”.
El fiscal considera que los ocho casos que quedaron fueron calificados como “probados por corrupción y prostitución de menores ya que Rivas utilizaba a los adolescentes como un fetiche y no como personas. Los cosificaba en tanto objeto ausente de sentimientos e instrumento para satisfacer su placer sexual”.
Ahora la Cámara de Casación tiene tres caminos: podrá confirmar la sentencia dictada en primera instancia a 8 años; aceptar lo que piden los querellantes y la Fiscalía y condenar a Gustavo Rivas por los ocho hechos probados, fijando un nuevo monto de pena; y el tercero, es otorgarle la razón al defensor Raúl Jurado y absolver al imputado de todos los delitos de promoción a la prostitución y corrupción de menores.