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El chozno nieto de Güemes estuvo en Concordia.
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“Un tal Güemes anda caminando por ahí”. La frase la pronunció una docente, al paso, como el de él por Concordia. Breve pero sentido como el afecto que este escritor, periodista y ensayista tiene por el líder salteño como por la ciudad entrerriana que lo recibió esta semana.
El chozno nieto con raíces entrerrianas
Su nombre: “Martín Miguel Güemes y voy a añadir el materno porque es de Concordia: Arruabarrena”, se presenta este chozno nieto del general Martín Miguel de Güemes. Sí, Martín Miguel habló de su ilustre familiar de nombre homónimo. Y lo hace con poncho al hombro y la sapiencia de quien recorrió decenas de kilómetros promoviendo la figura del héroe salteño.

“Por parte del general Güemes, mi padre era tataranieto. Yo soy tataranieto del hijo del general Güemes, del segundo hijo”, destacó en una charla mantenida con El Entre Ríosa un costado del busto descubierto este miércoles en el hall de entrada de la escuela secundaria Nº17 “General Martín Miguel de Güemes” de Concordia. Pero, ¿por qué también habló de un vínculo familiar con la ciudad cabecera de la costa entrerriana del río Uruguay? Así lo explicó: “Mis abuelos Horacio y Teresa Rodríguez nacieron en Concordia y mi bisabuelo Juan Bautista nació en Concordia y mi bisabuela nació en Salto. Por esas cosas del destino era salteña y fueron los que crearon, hicieron el Palacio Arruabarrena”.

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El chozno nieto de Güemes junto a la primera rectora de Comercio 2: Lidia Silveira; la profesora Olga Tramontina y el concejal Nicolás Moulins, egresado de esa escuela. Agrandar imagen
El chozno nieto de Güemes junto a la primera rectora de Comercio 2: Lidia Silveira; la profesora Olga Tramontina y el concejal Nicolás Moulins, egresado de esa escuela.
Su presencia pasó desapercibida en el acto protocolar donde se emplazó la escultura realizada por Pilar Velazco. El centro de la atención lo tuvo el que fue el primer gobernador de la provincia de Salta, sobre todo porque entre los presentes también estuvo el actual mandatario de esa provincia norteña. Sin embargo, lo del heredero también fue relevante porque en días anteriores charló con los alumnos de la secundaria. “Soy secretario de la Comisión del Bicentenario, académico de número del Instituto Güemesiano y mi misión de gesta cultural es recorrer escuelas dando charlas, al igual que bibliotecas, asociaciones culturales y clubes sociales”, contó y amplió diciendo que “he participado en congresos con eje en la Guerra de Independencia y la figura de Güemes para que se conozca la verdadera dimensión”.

Si algo queda claro, al escucharlo, es que no va a cada rincón de Argentina para hablar de sí mismo sino del hombre en el bronce. Y del hombre de la familia a la que él pertenece, también.
El que alcanzó el bronce
“Lo principal es que el Litoral ha tenido mucha influencia de Artigas y Güemes tiene mucha influencia en el norte, fundamentalmente. Era más andino. De todos modos, hubo una carta de Artigas y una de Güemes, entre ellos digamos, y Güemes también se carteó con Pancho Ramírez”, planteó y lo explicó así: “Es decir, sabían de las acciones de ellos. Es curioso, hoy tenemos más medios de comunicación, educación y se sabe menos de Güemes que lo que en aquel entonces sabía Artigas”.

Destacó, por ejemplo, que “la carta de Artigas es formidable y Güemes sabía sobre Artigas más de lo que los norteños sabemos del Litoral. O sea, en realidad hemos recaído en nuestra memoria histórica. Y la memoria histórica es la que une a los pueblos”, resaltó.

Más adelante, y tras destacar la figura del cardiólogo Carlos García, ex alumno de “Comercio 2”, como gestor de la colocación del busto de Martín Miguel de Güemes, el ensayista fue consultado por cómo definir al general y él lo hizo “con sus propias palabras. Con lo que él escribía porque lo hacía muy bien. Tenía una formación jurídica y filosófica importante, que no se conoce. A su vez, él se definía a sí mismo simplemente: nunca he querido ser vano sino bueno. Un soldado de la patria y un ciudadano honrado”.

“La segunda: he jurado luchar por la libertad de América y sellarla con mi sangre. Lo dijo en 1816 cuando se declara la Independencia en Tucumán”, recordó y mencionó un dato clave en la historia argentina: “a los 5 años, estaba sellando con la sangre la lucha por la Independencia. Es el único general de la Independencia que muere en combate”.

Y eligió contar algo más. “Al día de hoy no es conocido esto que pasó: yo le digo a los chicos que Güemes rechazó 4 intentos de corrupción para que él no estuviera en la causa de Independencia. En unos de ellos, un amigo mío hizo todo el análisis de cuánto sería en plata de hoy: 48 millones de dólares”, aseguró.

“Para que tengan una idea: una flota de mar, a Francisco de Gurruchaga le costó más o menos 2 millones de dólares. Eso valía para los españoles que Güemes traicionara. Nunca lo hizo”, enfatizó y recordó que “rechazó permanentemente. Incluso le decía al director supremo: separe de su lado, todo hombre interesado y egoísta que no debe mezclar las obras máximas de desinterés y de gloria con lo espurio del vil interés. ¿Es actual o no?”, interrogó.
El hombre, detrás del bronce
-Si usted tiene que hablar desde la familia, ¿qué cosas se fue transmitiendo de generación en generación? ¿Qué puede rescatar del hombre, del de familia con defectos y virtudes?
-Muchísimo sí. Yo a los chicos les leo las cartas que estaban en el archivo de nuestra familia y ahora están en una obra que se llama "Güemes documentado" que está en internet y allí se puede obtener. Son cartas entre Cármen y Güemes donde ella le cuenta las enfermedades de su hijo, mi tatarabuelo Luis, de qué está haciendo Martín, de que está perseguida por los realistas, de que no se preocupe. Él le contesta de que el primero que le escribe y que, a pesar de la tormenta de anoche, ahora mesmo marcho, dice. Está en permanente movimiento. Ese era él.
Fuente: El Entre Ríos.

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