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En el quirófano del Sanatorio San Lucas de Gualeguaychú, tuvo lugar una particular intervención. Un paciente de 8 años oriundo de Villaguay, que desde los 4 padece epilepsia refractaria, fue operado. Pero no fue una intervención más la que llevaron a cabo los neuropediatras Roberto Caraballo y Santiago Chacón y los neurocirujanos Víctor Muñoz y Guillermo Escalada, ya que se trató de una cirugía que hasta ahora no se había realizado en Entre Ríos: la colocación de un Estimulador del Nervio Vago (ENV).

“El paciente intervenido tiene epilepsia refractaria, no responde a los fármacos que le son suministrados y sigue teniendo crisis. Está con cuatro drogas antiepilépticas y así mismo presenta entre 20 y 25 crisis diarias”, explicó el neurólogo infantil Santiago Chacón.

“Cada crisis es un caos determinado en la corteza cerebral, que lo llamamos sustancia gris, que se produce una desconexión total con el medio. Este paciente viene sufriendo esta situación hace varios años y se llegó a esta decisión luego de descartar otras alternativas, como la dislipemia (una dieta especial que genera una suerte de protector neuronal) o la cirugía, por no ser compatibles con el cuadro del niño”, expuso el profesional.

Tras un año y medio de tratamiento, el equipo médico y los padres del paciente optaron por realizar la ENV, un procedimiento que ha demostrado gran eficacia en la disminución de la frecuencia y la severidad de las crisis epilépticas.

“Se trata de la colocación de un dispositivo muy pequeño, parecido a un marcapasos cardíaco, que también se sitúa en la pared torácica. Ese aparato tiene dos cablecitos que abrazan el nervio vago, en la zona del cuello, que tiene conexiones con el cerebro. Entonces cuando el paciente está por sufrir una crisis, ese software la reconoce, por la elevación de la frecuencia cardíaca, estimulando el nervio vago para que la frene”, expresó Chacón con paciencia pedagógica.

Aproximadamente, la mitad de las personas tratadas con el ENV experimentan una reducción del número de crisis superior al 50%. En el caso del paciente de 8 años, los médicos esperan reducir de 25 a 10 las crisis diarias y bajar su intensidad considerablemente. Esto redundaría en una mejora en su calidad de vida.

Además, quien está a cargo del nena cuenta con una pulsera magnética de control que debe utilizarse en el caso que “el paciente esté teniendo una crisis que el estimulador no haya alcanzado a detectar”. En ese caso, “debe acercar la pulsera al pecho del niño, donde se encuentra el dispositivo, para que se active inmediatamente”, reveló el neurólogo nacido en Basavilbaso y especializado en el Hospital Garrahan.

“Esta tecnología se empezó a desarrollar en las décadas del ‘80 y ‘90, pero así como la conocemos (el aparato mide 1,30 centímetros) está siendo usada en el país hace tan solo diez años. En Entre Ríos es un procedimiento totalmente nuevo y lo positivo de esto es que demuestra que acá también tenemos el equipamiento necesario y los recursos humanos formados para hacer este tipo de cirugías, sin la necesidad de irnos a Buenos Aires o a otro lado”, consideró Chacón.
Fuente: Diario El Día de Gualeguaychú

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