En eso de dar una mano, el gesto de Valeria Sanabria vale destacarse. “Soy una persona que me gusta ayudar y les estoy enseñando a mis tres hijos que no todo en la vida es la plata”, reflexionó al ser contactada por El Entre Ríos. “Las cosas importantes son ser solidarios y dar siempre una mano a los demás”, mencionó inmediatamente después. Toda una declaración de principios. Todo un norte hacia el que marchar en días de aislamiento, cuidado y prevención.
Lo que hace, junto a su familia en Concordia, es darle rinda suelta a lo que tantas veces hace: coser. Es modista y fue precisamente una de sus clientas la que hizo notar la tarea silenciosa e ininterrumpida que Valeria realiza por estas horas. “Las cosas están difíciles pero tenemos que estar fuertes para ayudar”, dijo la mujer.
“No recibo ayuda de nadie, no cobro ningún plan y mi marido es trabajador independiente. Somos una familia muy grande”, resumió ante la pregunta de cómo pueden ayudarla. “La friselina que usamos para los barbijos la compro yo con mi marido nomás”, agradeció. El personal de salud, primero; efectivos policiales, después; y hasta hombres y mujeres que se dedican a la cosecha de la naranja recibieron sus barbijos. “Tengo una hermana enfermera y sé cómo están trabajando, con pocos insumos. Por eso comencé a hacer barbijos”, explicó.
Luego amplió la tarea para más personas: “Tengo a mi cuñado que es policía y también sé que no tenían nada. Entonces, comencé hacer para enfermeras y policías. Luego, me pidieron para la gente de la cosecha y seguimos trabajando”, explicó. Y ahí está, marcando, cortando y cociendo esos barbijos para que puedan seguir haciendo sus valiosas tareas los que cuidan de la salud o los que se ocupan de la seguridad urbana; incluso aquellos que están en plena actividad cosechando mucha vitamina C.
“Las cosas que hago son de corazón y no busco sacar provecho de nada. Soy modista y trabajo haciendo costuras”, terminó diciendo, invitando, casi provocando una pregunta: ¿vos, qué podés hacer por el otro en días de cuarentena?