Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
IOSPER y clínicas de Concordia, 1 año atrás
IOSPER y clínicas de Concordia, 1 año atrás
IOSPER y clínicas de Concordia, 1 año atrás
Para el sector privado de la salud, el presente se parece bastante a una “tormenta perfecta”, en la que confluyen nubarrones amenazantes que avanzan desde los cuatro puntos cardinales.

En la lista aparecen varias situaciones convergentes: 1) el IOSPER les adeuda una cifra varias veces millonaria; 2) desde el 20 de marzo en adelante, los prestadores tienen ínfimos ingresos, al suspenderse todas las prácticas programadas; 3) los precios de los insumos se han disparado a valores astronómicos; y 4) la cadena de pagos está rota, por lo que cumplir con trabajadores y proveedores se torna cada vez más difícil.

Como si todo esto fuera poco, se viene el invierno y un inevitable incremento de las afecciones respiratorias, con independencia de los desafíos especiales que sobrevendrían si la Covid-19 también golpeara a las puertas del sistema de salud entrerriano.

“Sentimos que estamos al borde del knock out. La facturación de abril, que teóricamente ingresará en junio y julio, es mínima, y tenemos la mochila de que el IOSPER no nos paga. Lo último que abonó es el 50% de las prestaciones de marzo. Al otro 50% lo posterga con la excusa de las auditorías, pateando para adelante los dictámenes para liberar los pagos”, resume el Doctor Carlos Arizabalo, de la Cámara de Clínicas y Sanatorios de Concordia, en diálogo con El Entre Ríos.

No es casual la insistencia con la que los prestadores hacen hincapié en la deuda de la obra social provincial: “Tiene un poder definitorio –explica Arizabalo- respecto de las posibilidades de los sanatorios de poder seguir adelante. Si la obra social provincial se pusiera al día, el alivio sería importante”.

Y se ilusiona con la posibilidad de que el vencimiento del convenio vigente con el IOSPER, que se producirá este jueves 14 de mayo, abra paso a una negociación sensata, que incluya “un plan de pagos, que le devuelva al sector oxígeno para seguir trabajando, pagar sueldos e insumos". Es “urgente e imprescindible” que el IOSPER pague, enfatiza.

“A ningún prestador se le pasa por la cabeza suspender servicios”, se apura a dejar en claro, pero admite que el desfinanciamiento podría meterlos en un callejón sin salida y generar una “imposibilidad de hecho de responder a los afiliados”.

“Los sanatorios quieren hacer saber a la comunidad la preocupación que los invade en este escenario y la urgencia de que el IOSPER regularice los pagos, para viabilizar las prestaciones, que los prestadores tengan recursos para desenvolverse”, resume Arizabalo.

Pero hay que decir que no todas son críticas a la obra social entrerriana. “Es cierto –admite el titular de la cámara sanatorial concordiense- que IOSPER ha sido perjudicado con la quita del dos por ciento de los aportes patronales por ley de emergencia 8706/95, un importante aporte de $ 55.000.000 mensuales. A ello se agrega que no está recibiendo regularmente los aportes patronales de algunas municipalidades, que se atrasan en realizar los aportes en tiempo y forma”.

Pero a los prestadores les molesta sobremanera que las autoridades de la obra social minimicen la millonaria deuda acumulada con los sanatorios, escudándose en los pagos parciales que efectúan mes a mes. “No somos mentirosos. Efectivamente los sanatorios reciben el pago del 50% de las acreencias mensuales en los primeros días del mes y luego el 50% restante queda sumido en la incertidumbre. Por eso, el saldo pendiente de pago de julio de 2019 al 31 de marzo de 2020 totaliza $ 19.909.937 entre todas las instituciones que componen la cámara de clínicas y sanatorios de Concordia, con documentación avalatoria correspondiente”, dice Arizabalo, en obvia respuesta a declaraciones de Fernando Cañete, el presidente del IOSPER.
“No va nadie a las guardias”
Por extraño que parezca, desde el comienzo de la cuarentena, las patologías que en tiempos normales afectan a la población y reclaman los servicios de guardia, parecieran haber desaparecido. Y no sólo porque se suspendieron las prácticas programadas.

“No va nadie a las guardias, no hay demanda. Ni al hospital van. La gente tiene miedo de ir a atenderse. En la guardia de pediatría, que es la más demandante, teníamos entre 60 y 80 consultas por día. Hoy van dos, tres o cuatro, por día", cuantifica Arizabalo.

“Esto significa falta de controles y de diagnósticos a tiempo. Hay un riesgo real de que algunas patologías exploten en medio de las urgencias, justo cuando el sistema deba afrontar el pico del coronavirus y las demás afecciones respiratorias de invierno”, advierte.
Insumos que costaban 1000 ahora valen 12000
La disponibilidad de los insumos es otro motivo de preocupación. Los necesarios para atender el Coronavirus están bajo el control del Estado, que acapara casi toda la oferta.

Pero hay otros elementos que se han vuelto prohibitivos por los precios que están en juego. “Se han disparado a cifras astronómicas”, asegura Arizabalo. Y pone un ejemplo: “Un catéter específico para la alimentación parenteral sale entre 12 y 13000 pesos cada uno, siendo que meses atrás no valía más que 1000 pesos”.
Fuente: El Entre Ríos