“Me contó que los domingos se instalaba en su living para ver las carreras, le dije que era insospechada su afición por el automovilismo y me contestó ‘¿por qué, no me puede gustar?’”, reprodujo Chagas en contacto con El Entre Ríos, dejando traslucir un rasgo reaccionario de su personalidad. Hecha la invitación, “viajó encantada de la vida” hasta el autódromo uruguayense, donde se tomó una foto que inmortalizó su estadía: Guillermo Ortelli, “el piloto admirado”; el entonces intendente de “la histórica”, Carlos Schepens; Hebe y Chagas, en la torre de control.
“Cenamos con ‘el Pato’ (Sergio Urribarri) el sábado a la noche con ella. Me enteré que era fana de las carreras y de Ortelli. Al finalizar, mi hijo Octavio fue a buscar al piloto y subió a la torre de control a saludarla porque sabía que ella hinchaba por él”, reveló Chagas.