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Un joven fue asesinado en barrio “Cabildo San Antonio” -conocido como “28 puñaladas”- de Concordia: se trata de un conocido jugador de futsal, de 24 años de edad, que fue atacado por dos ladrones cuando regresaba a su casa de la primera noche del carnaval.

“El hecho sucedió cuando quisieron robarle el celular; mi hermano se los dio, pero después los corrió y ahí lo balearon”, confirmó Vanesa, hermana de la víctima, quien detalló las lesiones que lo llevaron a la muerte: “Tenía un disparo en el tórax y otro en la pierna”.

El episodio tuvo lugar, alrededor de las 3 de la madrugada del domingo, en inmediaciones de las calles Rawson y Perú. Si bien el muchacho llegó con vida al hospital, los médicos no pudieron hacer nada para salvarlo y finalmente falleció. Los ladrones circulaban en bicicleta y Godoy, junto a sus amigos, se desplazaba caminando. “Justamente -contó Vanesa- había dejado su moto en la casa de un conocido para evitar que le roben, como ya les había pasado anteriormente”.

Hasta el momento, no hay detenidos. Sin embargo, trascendió que dos cámaras de seguridad -pertenecientes a una vivienda lindante al lugar del ataque- habrían registrado el episodio.

“Esperamos que puedan encontrarlos, mi hermano no se merecía esto. No hay consuelo, pero queremos tener paz. No puede ser que nos estén matando como perros. Él fue a los corsos y lo mataron por salir a divertirse”, afirmó su hermana.
Fuerte testimonio
Una vecina de la zona donde ocurrió el hecho fue la primera persona asistir a Godoy luego de ser herido de bala.

“Estaba durmiendo cuando pasó todo y me desperté pensando que era mi cuñado el que era perseguido: escuché los disparos y las corridas. Cuando salí, me encontré con el chico tirado y lo auxilié porque estaba en el piso. No pude ver bien, pero tenía un disparo en el estómago y otro en la pierna”.

Siguiendo su relato, la mujer agregó: “Cuando lo estaba ayudando, vi cómo se le fueron los ojos para atrás y se quedaba sin pulso. En ese momento me desesperé y pedí por favor que se quede conmigo hasta que llegara la ambulancia. Él me agarró la mano y me miró, pero se desvaneció”.

“Yo le hablaba para que no pierda la conciencia, pero duró dos minutos: me dijo tres palabras y cerró los ojos. No llegó a decirme su nombre”, reveló.

El joven estaba acompañado por dos personas “que estaban en shock”, según esta vecina: “Fui la única que lo auxilió, estaban todos mirando y ninguno de los dueños de los autos atinó a llevarlo al hospital”.
Fuente: El Once

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