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“La hora de los verdaderos líderes”, es el título de la columna de opinión que el exdiputado provincial Alberto Rotman (UCR – Juntos por el Cambio) remitió a la redacción de El Entre Ríos.

Lo que se está produciendo, en el corazón de Europa, es “una catástrofe humanitaria y una masacre de civiles que no se veían desde la segunda Guerra Mundial”, lamenta el médico oriundo de Concordia. Y entonces ensaya algunas sugerencias.

La primera está dirigida a los mandatarios de países occidentales: “declaren a esto, crímenes de guerra y contra la humanidad y lleven adelante el castigo que Putin se merece. En el mientras tanto, se debe ayudar a Ucrania a que frene este genocidio no solamente con floridas declaraciones”.

La segunda propuesta está dirigida a un argentino, el líder de la Iglesia Católica. “El Papa Francisco debería jugar un papel especial. Debería convocar en Kiev para una ceremonia ecuménica a los líderes mundiales de las religiones monoteístas, exigiendo que se pare este camino de muertes y destrucción del pueblo ucraniano”, escribió.

A continuación, el texto completo del exsecretario de Salud de Entre Ríos:

"Por favor papá cómprame otra mamá porque necesito alguien que me lleve al colegio". El ruego desesperado lo lanza un nene ucraniano de apenas 6 años, internado en el Hospital de Niños de Zaporiyia, con heridas de metralla en el cráneo, que vio morir a su madre quemada dentro del auto alcanzado por los disparos de las fuerzas de Vladimir Putin en uno de los ataques a Mariúpol.

Esto se repite por miles como consecuencia de un delirante, enfermo de poder que pretende ser el nuevo Zar de una Rusia imperial, dejando tras de sí a miles de niños sin padres, a miles de padres sin sus hijos, bombardeando hospitales, refugios, teatros, edificios civiles, destruyendo todo lo que encuentran en su intento de vencer la resistencia de un pueblo que lucha heroicamente por su libertad e independencia.

El mundo no debe olvidar lo que está provocando un trastornado con sus patológicos sueños de una Rusia imperial eslava, produciendo en el corazón de Europa una catástrofe humanitaria y una masacre de civiles que no se veían desde la segunda guerra mundial.

Espero que los líderes occidentales democráticos declaren a esto, crímenes de guerra y contra la humanidad y lleven adelante el castigo que Putin se merece. En el mientras tanto, se debe ayudar a Ucrania a que frene este genocidio no solamente con floridas declaraciones.

El Papa Francisco debería jugar un papel especial. Debería convocar en Kiev para una ceremonia ecuménica a los líderes mundiales de las religiones monoteístas, exigiendo que se pare este camino de muertes y destrucción del pueblo ucraniano.

Si el mundo solamente asiste en directo al conflicto armado más peligroso y sangriento que se haya producido en territorio europeo desde 1945, nos encaminaremos peligrosamente a una tercera conflagración mundial con consecuencias inimaginables.
Fuente: El Entre Ríos.

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