“Las manos hablan, por eso dependen del fotógrafo que las retrata en el momento en que están diciendo algo. De acuerdo a lo que hacen, pasa por un triángulo que se llama el triángulo del amor: mente, mano, corazón”, explicó a El Entre Ríos. “El artesano tiene una inventiva en su oficio y el fotógrafo debe interpretar esas sensaciones que emiten el mensaje. A partir de ahí, depende del nombre que se le ponga a la fotografía, para que esas manos sigan hablando. Se llama prolongación del diálogo. Cuando uno interpreta una fotografía y te sigue contando cosas, te interesás y te metés en la historia. Si no hay prolongación de ese diálogo, se corta; lo mismo ocurre al pasar por un stand, si uno tiene un impacto visual busca una prolongación, sino no está el impacto, esto no se logra”, agregó.
La idea de este proyecto, explica Da Silva, es que los fotógrafos busquen esto, que no se encuentra tan fácil.
Partiendo de que “La fiesta es algo dinámico”, el municipio está organizando para el 19 de marzo, con motivo de conmemorarse el Día del Artesano, una muestra con estas fotografías.
Las tomas están a cargo de Rubén Comán y sus alumnos del taller de Fotografía Alicia García, Marisa Benítez, Estefanía Paiz y Carmen Ruiz, y la Prof. Liliana Lizardo.
