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El dueño de JBS hizo una fuerte revelación.
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La información sobre el escándalo en Brasil consta en el video de la delación premiada del empresario brasileño Joesley Batista ante los fiscales anti-corrupción, que está causando un terremoto político que también alcanza al presidente Michel Temer.
150 millones de dólares para la campaña

Batista dijo que puso dos cuentas corrientes personales en Nueva York que eran operadas por el ex ministro de Economía de Lula y de Rousseff, Guido Mantega.

"El dinero fue usado en gastos de campaña. Guido Mantega me dijo que 80 millones de dólares eran de la era Lula. Y otros 70 millones de dólares eran para Dilma. En 2014 se terminó la cuenta y no me pidieron más", dijo Batista, según el vídeo liberado por el Supremo Tribunal Federal.

En comunicados, Rousseff y Lula negaron las acusaciones y dijeron que nunca pidieron dinero para el empresario. En el video no queda claro si este dinero era retirado por Mantega o por otro dirigente del Partido de los Trabajadores.

El empresario dijo que Mantega le decía que Dilma y Lula sabían de esta financiación ilegal depositada en Estados Unidos. Batista dijo que el tesorero de la campaña de Rousseff en 2014 lo convocó para que use el dinero para financiar las campañas de los partidos aliados al PT y que respaldaban a Dilma. Esta es una nueva acusación que involucra a Lula, procesado en cinco causas en la Operación Lava Jato.

Batista, que tiene un hermano también delatando a políticos, Joesley, dijo que pagó sobornos a funcionarios que administraban fondos de pensión en los que la empresa tenía participación y servían como financiación para la expansión de la empresa.

Joesley Batista dijo que nunca pagó sobornos durante la era de Lula o de Rousseff para lograr préstamos en el Banco Nacional Económico y Social (BNDES) para acceder a créditos subsidiados. También, reveló que Rousseff le pidió unos 10 millones de dólares para la campaña del actual gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel.

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El escándalo que tiene a Batista en el centro de la escena también salpica a Temer. Agrandar imagen
El escándalo que tiene a Batista en el centro de la escena también salpica a Temer.
El empresario dijo que no quería aparecer como un gran aportante de la campaña, y entonces la solución encontrada por los políticos fue que JBS, una empresa cárnica, le comprara el 3% a los concesionarios del estadio Mineirao, el estadio donde Brasil perdió 7 a 1 contra Alemania en la semifinal del Mundial 2014.

La respuesta de Rousseff

La expresidenta Dilma Rousseff emitió un comunicado en su sitio web desmintiendo las acusaciones del empresario arrepentido de JBS. A través de un breve punto, la dirigente negó haber recibido coimas, ni financiamiento de empresas radicadas en paraísos fiscales para sus campañas, publicó Clarín.

A continuación su réplica completa:

1. Dilma Rousseff jamás gestionó o recibió de empresarios, ni de terceros, donaciones, pagos o financiamiento ilegal para las campañas electorales tanto en 2010 como en 2014, para ella o para cualquier otro candidato.

2. Dilma Rousseff jamás tuvo cuentas en el exterior. Nunca autorizó, en su nombre o de terceros, la apertura de cuentas en paraísos fiscales. Reitera que jamás autorizó a nadie para hacerlo.

3. Una vez más, Dilma Rousseff rechaza denuncias sin pruebas o evidencias. La verdad prevalecerá.

El ex Frigorífico San José

En mayo de 2012 se concretó la venta del ex Frigorífico San José a un consorcio formado por un grupo de cooperativas locales y el gobierno de la provincia que entonces encabezaba Sergio Urribarri. En la sociedad anónima, el Estado tenía el 85 por ciento de las acciones y la cooperativa de productores del Montiel y los empresarios ganaderos y avícolas el 15 por ciento. La unidad había sido adquirida por JBS en 2006, pero mantenía interrumpida su producción desde 2009.

En diciembre de 2011, el gobierno nacional aprobó el Crédito del Bicentenario por 70 millones de pesos para que el Estado entrerriano adquiera y ponga en marcha el frigorífico. En el mismo mes, pero días antes, la sociedad anónima que conformaban el Estado y privados y la firma brasilera, JBS Argentina SA, habían firmado el contrato de transferencia de los activos correspondientes a la planta frigorífica.

La firma con mayoría estatal pasó a llamarse Procesadora Ganadera Entrerriana Sapem, pero, tras ser estatizada en momentos en que atravesaba una grave situación financiera, volvió en 2014 a manos privadas a una UTE que también adquirió Cotapa Sapem, licitación mediante.
Fuente: Diario Clarín.

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