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Lemos involucró a Cano en los ilícitos de Celis.
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Lemos involucró a Cano en los ilícitos de Celis.
“Esta página 24 es un resumen de todos los gastos de un mes, que Daniel (por Celis) me hizo hacer, por eso dice varias veces “celulares”, porque es el resumen de todo un mes”, declaró Luciana Lemos, ex pareja del narcotraficante Daniel “Tavi” Celis, según consta en página 16 del registro de la declaración ampliatoria que realizó ayer ante el juez federal Leandro Ríos.

Añadió, luego, que “al abogado Matías Arguello se le pagaba cada vez que pagaba la municipalidad”, y fue allí cuando mencionó a Concordia, pero más precisamente le puso nombre y apellido a un contacto de la organización que está en el centro de la investigación judicial: “donde dice “concordia” es una persona de la ciudad de Concordia, que se llama Mariano Cano, que está preso en Federal con Celis, que mandaba gente a buscar droga, yo no sabía quién era, ya que mandaba a dos hombres para buscar”. Es la única vez que Lemos mencionó a con nombre y apellido al proveedor de cocaína Mariano Cano, según constancia de la declaración a la que accedió El Entre Ríos (tiene un total de 27 páginas). Pero no fue la única.

En el tramo inicial de su exposición, “Lus” o “Lupita” Lemos dijo que compareció ante el juez Ríos porque “quiero aclarar las anotaciones que yo tenía en los cuadernos” y entonces mencionó, entre otras cosas, que “lo llame a Celis y le dije que me dieron el préstamo, le preste plata, le hicieron el cumpleaños a la hija de él. Un día me llama, y me dijo que si yo podía alojar a una chica en la casa que me había dado, que esa chica llevaba cosas para él. La chica llegó a mi casa, llegó con un bolso, luego llegó otra chica que buscó ese bolso y le entregó plata a la chica que había venido de Buenos Aires. Todo esto fue en septiembre de 2017, yo lo llamé a Celis y le pregunté qué estaba haciendo, me dijo que me quedara tranquila. Pasó lo mismo a la semana, ahora sé que eso era droga porque después me pidió que vaya a visitarlo a Federal. Yo fui a visitarlo y ahí me cuenta que era para tener plata, porque Fernanda le reclamaba”.

Allí fue cuando “empezó todo”, según dijo la mujer. “Me paso todos los números de teléfono de todos los que tenía que llamar y hacer. Estas personas eran Johan, Concordia, Santa Fe y el hermano de él, Cholo. Y ahí empezaron a traer más cantidad, traían todas las semanas 15 kilos y una vez bajaron 20 kilos de cocaína”. Concordia, según Lemos, era Cano.

Más adelante, en la continuidad de su declaración aclaratoria, según dijo, precisó que “respecto del cuaderno chico, en la página 1 hay gastos y deudas, que “concor” significa Concordia”. Eso se corresponde con lo que poco antes había explicado: “170 concord” es la deuda que tendría Concordia, o sea Cano, con ellos.
Cano y su ex, condenador por venta de droga
El Tribunal Oral Federal de Paraná, integrado por Roberto López Arango, Noemí Berros y Lilia Carnero, coincidieron con el fiscal e impusieron a Mariano Cano una pena mayor que a su expareja Johan Fernández: cinco años para él, y cuatro años para ella.

El 13 de octubre de 2016, el hombre de Concordia fue trasladado a la cárcel tras ser encontrado culpable del delito de venta de droga. El hombre dijo ser vendedor ambulante, pero tenía cuatro inmuebles y varios vehículos.

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Mariano Cano, condenado a 5 años de cárcel por vender droga en Concordia. Agrandar imagen
Mariano Cano, condenado a 5 años de cárcel por vender droga en Concordia.
A la hora de declararse inocente, incluso apeló a echarle la culpa a su expareja. Ella se adjudicó la tenencia de la droga que había en su casa, y pidió la menor pena posible. La investigación comprobó que ambos eran responsables de la venta de cocaína y marihuana, pero que el hombre era quien dirigía el negocio ilícito, lo financiaba, lo organizaba y proveía a distintos puntos de venta en Concordia.
Con las manos en la masa (cocaína)
Mariano Cano, según las crónicas de Análisis Digital y diario Uno de aquel entonces, había sido seguido durante varios meses por efectivos de la Policía Federal de Concordia, en 2014. Pero la investigación había comenzado con una mujer que vendía droga en su vivienda, y siguió para determinar quién era el proveedor.

Luego de las vigilancias sobre los movimientos del sospechoso, en mayo de 2015 allanaron uno de sus domicilios, ubicado a la altura del kilómetro 289 de la ruta nacional 14. Estaban él y su expareja, Johana Fernández, fraccionando la cocaína. Incluso el hombre intentó deshacerse de parte de la droga arrojándola al inodoro. Ambos quedaron detenidos hasta ser juzgados.

Cano dijo ser un vendedor ambulante, aunque esta labor no le permitiría probar las cuatro propiedades: una es la que allanaron, ubicada en un predio grande y parquizado; otras en calle Córdoba, de dos plantas, otra en calle Doctor Sauré y otra en Crisóstomo Gómez.

Para desligarse, no tenía ninguna a su nombre, tal como sucedía con varios vehículos de alta gama, de los que sí tenía permisos para conducir. En esas propiedades vivían las tres mujeres con quienes tuvo hijos, que tampoco trabajaban, y a quienes podía mantener y llevar una vida holgada.

Otro dato llamativo fue que, tras caer detenido, contrató al abogado más caro del país: Fernando Burlando. Si bien no lo defendió a Cano hasta el juicio, en el expediente constan varias acciones realizadas por Burlando.

En el juicio declararon los policías federales que trabajaron en la investigación y que participaron del allanamiento y la detención de Cano y Fernández. Relataron los movimientos del hombre en los vehículos que estaban bajo su órbita, ingresando a distintos domicilios sindicados como los lugares donde se realizaban distintas operaciones del negocio narco, como el fraccionamiento o la venta. Sabían, al igual que muchos en Concordia, que Cano se dedicaba a proveer cocaína a quienes luego la comercializaban al menudeo, y jamás lo vieron vendiendo ropa en la calle.
Financista y proveedor, según el fiscal
En los alegatos, el fiscal general José Ignacio Candioti enumeró las pruebas reunidas en la investigación y las que se apreciaron en el debate, como las declaraciones de los policías que realizaron distintas tareas de vigilancia, los mensajes de texto hallados en los celulares secuestrados, además de la evidencia de que los encontraron fraccionando la droga sobre la mesa, en cebollines, y en parte intentando descartarla en el baño.

Sostuvo no solo la gravedad del delito, sino que precisó y fundamentó que la responsabilidad de Cano era mayor que la de Fernández, en tanto era un financista y proveedor de la actividad ilícita. Por eso pidió la pena de cinco años de prisión para el hombre y cuatro años y cuatro meses para la mujer.

Candioti también refirió a los elementos secuestrados y los 12.700 pesos hallados en el domicilio de personas "sin ninguna actividad". "La droga que vendía Cano tenía un grado de pureza del 98 por ciento", graficó y recordó los testimonios de terceros (consumidores) que constan en la investigación policial.
Fuente: El Entre Ríos.

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