Al caer la tarde de ayer, un peligroso ofidio venenoso sorprendió a un nene de dos años mientras estaba jugando en la puerta de la casilla de madera de sus padres. "El nene se asustó y salió corriendo cuando la vio enroscada. Si él no la veía, lo picaba y ahora estaría muerto, si hay alguno de nuestros gurises picados por las víboras nosotros vamos a prender gomas en la ruta, porque estamos abandonados", reclamó Marcelo Cañete, vecino del barrio.
Dijo que son 100 familias y un promedio de unas 500 personas las que habitan el asentamiento, "reclamamos medidas de fondo, que nos junten la basura, que pase una máquina, porque acá las ambulancias no pueden entrar ni mucho menos los bomberos si hay incendios, puedo decir nosotros estamos abandonados, tirados en el límite de Concordia", expresó.