En ese entonces, la ciudad fue sorprendida ante la inauguración de un espacio con gran capacidad y estructura, capaz de llevar adelante dos eventos en simultáneo debido a las dimensiones del lugar.
Sin embargo, antes de que concluyan los cinco años de vida de “Festroom”, la imposibilidad de trabajar de manera normal y la considerable presión fiscal dieron fin al salón de eventos, que demandó años de planificación para concretarlo y una destacada inversión monetaria.
El propietario, Juan Lizzi, expresó que “es muy triste tomar esta decisión porque soñamos con poder aportar a la ciudad un lugar distintivo para realizar grandes eventos, pero no hay otra alternativa que cerrar, porque es absolutamente inviable poder sostenerlo frente a los altos costos que debemos pagar, principalmente de impuestos provinciales, que han seguido subiendo enormemente, aún sin poder trabajar".
En este sentido, afirmó que “para nosotros es una pérdida dolorosa porque también mucha gente se beneficiaba por nuestro complejo, como por ejemplo empresas de catering, sonido, proveedores, decoradores, fotógrafos, djs, mozos, seguridad, personal de mantenimiento, etc.”.
El salón de eventos “Festroom” se suma a otros emprendimientos del sector turístico, gastronómico y del entretenimiento que debieron cerrar sus puertas en Gualeguaychú por las restricciones.
