Los peritos de la División Criminología de la Departamental Concordia y uno de los tres fiscales asignados al caso estuvieron de nuevo en la vivienda ayer a las 11 de la mañana, para ver la escena del crimen. Lo hicieron acompañados de familiares directos de Teresita a quienes instruyeron que no den notas ni declaración alguna a la prensa, que se encontraba apostada en el lugar, esperando novedades que no llegaron.
Pudo saberse sí que los sabuesos de la División Investigaciones habrían encontrado tras arduo trabajo el presunto lugar donde podrían haberse infiltrado los encapuchados, un garaje que se tiene entrada por la calle Sargento Cabral y que se conecta con los fondos de la vivienda en la que vivía la malograda profesora de Biología.
Lo único nuevo ha sido el hallazgo en el cuello de la víctima marcas profundas compatibles con el que deja una soga, que los asesinos habrían enrollado alrededor del cuello de Teresita. Esto podría ser compatible con la posibilidad de que la mujer haya sido torturada para averiguar algo como el lugar donde guardaba el dinero supuesto objetivo de la entradera. Y esto se supo por la autopsia del cadáver.