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El sector arandanero de la región mesopotámica está preocupado por el escenario actual y por eso pide públicamente, al Gobierno Nacional, la continuidad del beneficio para los que se inscriban en temporada de empaque y cosecha, ante la ausencia de trabajadores locales y de otras provincias.

El ingeniero Alejandro Pannunzio, presidente de la Asociación de Productores de Arándano de la Mesopotamia (APAMA), reveló que existe “gran preocupación” en el sector arandanero frente a las dificultades para hacerse de mano de obra para los trabajos de empaque y cosecha, a raíz de la negativa de los cosechadores locales que alegan que si se inscriben perderían el beneficio del IFE (Ingreso Federal de Emergencia) y luego quedarían sin recursos una vez finalizada la temporada.
Problemas para conseguir mano de obra
Explicó Pannunzio que “todos los años contamos con trabajadores de otras provincias, cosecheros de profesión que vienen a la ciudad a realizar las tareas en empaque y cosecha del arándano, principalmente del norte de Argentina, de La Rioja, Santiago del Estero y que frente a la situación sanitaria actual no podremos recibir”.

“Esto se agrava ya que la disponibilidad local de cosechadores se ve resentida por renuncias masivas de puestos de reserva a través de telegramas por lo que no se presentarán para los trabajos en esta temporada porque al hacerlo automáticamente perderían el beneficio económico del IFE”.

Esto está generando alerta en el sector productivo que reconoce que “nos encontramos en momentos en que claramente la pobreza ha aumentado y ha condicionado este escenario laboral ya que deciden quedarse con lo seguro y resignar la posibilidad de trabajo a futuro”.
Piden sostener el IFE durante la cosecha
Consultado sobre cómo piensan atravesar esta situación considerando la proximidad de inicio de la cosecha, Pannunzio manifestó que actualmente están apelando a que desde Nación se defina esta cuestión y se dé lugar a la solicitud presentada por la diputada nacional Mayda Cresto donde advierten el tema y esperan contemplaciones para que los trabajadores este año puedan continuar cobrando esos beneficios sociales de emergencia y al mismo tiempo responder a la demanda laboral.

“Creemos que para los cosechadores sería muy importante poder sostener ese ingreso de asistencia pero además poder trabajar para repuntar en su economía familiar”, sostuvo Pannunzio.

Sobre esta solicitud llevada al Ejecutivo Nacional por parte de la Diputada Cresto para que se arbitren las medidas necesarias para que el IFE pueda seguir siendo percibido por estos trabajadores rurales temporarios, o bien que aquellos que están inscriptos como trabajadores temporarios puedan acceder al cobro, desde APAMA reconocieron que “lo ven posible” y puntualizaron que “esta es una situación que se plantea en todas las provincias y muchos diputados nacionales se manifestaron en el mismo sentido, apoyando esta medida porque hay trabajadores del azúcar, del tabaco, de la frutilla, que comparten esta realidad”. “Lo que sucede con todos los trabajadores rurales temporarios de las economías regionales es algo muy particular, porque muchos de ellos apenas trabajan un par de meses al año, pero quedan registrados activamente ante la AFIP como empleados en blanco y por ese motivo no pueden acceder al Ingreso Familiar de Emergencia”.
Protocolo a seguir para los trabajos en campo y empaque
Respecto a las medidas sanitarias a tener en cuenta para llevar adelante los trabajos en campo y empaque, el referente arandanero detalló que cuentan con un protocolo elaborado por un reconocido médico a nivel internacional, doctor Stamboulian, que acompaña las disposiciones del sector y elabora un plan de acción para el desarrollo de la actividad productiva atendiendo a las necesidades de cuidado, distanciamiento y aseo personal.

Atendiendo a la consulta sobre si piensa que de los trabajadores rurales optan por no asistir a los campos de cosecha por temor a los contagios por Covid 19, el presidente de APAMA fue categórico al afirmar que “en lo personal sostengo que la motivación es poder mantener el IFE. Ellos están acostumbrados al trabajo en galpones y saben que atendemos a todas las condiciones de aseo e incluso en campo abierto debería existir menor riesgo aún para los contagios”.
“Necesitamos revertir la competitividad que teníamos”
En vistas a la proximidad de cosecha en el sector, Pannunzio resaltó que el 2019 no fue el mejor año para los empresarios arandaneros de Concordia y el país. Distintos factores, entre ellos la economía y el clima, llevaron a que la cosecha de fruta fuera menor al año anterior y la actividad no resultara competitiva. “Para este 2020 el objetivo era anticipar acciones que permitieran llegar al tiempo de cosecha y acción con una agenda marcada, aunque el escenario mundial por la pandemia modificó el ritmo de estos planes”. Incluso recordó que en el mes de enero ya elevaron estas consultas al Gobierno nacional sobre la posibilidad de mantener cargas sociales de los trabajadores temporarios.

Previo a esta situación sanitaria originada en el país asiático, China se perfilaba con uno de los mercados de mayor consumo del fruto sembrado en estas tierras del litoral, lo que frente a la cuarentena hace difícil retomar el sendero de comercialización a corto plazo.

“Además el panorama nacional se ve golpeado por la sumatoria de los impuestos que los empresarios deben afrontar y que reducen cada vez más las chances de ingreso de arándanos a ciertas zonas a raíz de la fuerte presión fiscal”, agregó.

“Hace algunos años, la actividad significaba trabajo y evolución, luego el panorama se complicó. Durante las últimas dos temporadas el mercado argentino se vio superado por el peruano, que pasó de cero a millones de kilos exportados en poco tiempo. La desigualdad de condiciones a nivel impositivo es una de las razones por las que Argentina quedó atrás y, este año, podría sumarse el contexto adverso que hay a nivel internacional por la llegada de una enfermedad que limita la entrada de vuelos a países europeos y asiáticos”, explicó el ingeniero.

Refiriéndose a lo que podría suceder con la exportación de la fruta por el brote de coronavirus, Alejandro Pannunzio, en su rol de presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia (Apama) y vicepresidente del Comité Argentino de Arándanos, siguió explicando: “Lo concreto es que al movilizarse menos gente por avión, porque vemos cómo se postergan viajes al norte de Italia o a China, desde lo logístico nos afecta porque gran parte de nuestra fruta viaja en aviones de pasajeros, en la parte de la bodega”, precisó.

“Eso le da a Argentina una ventaja muy importante porque los aeropuertos del país tienen una muy buena conectividad, por ejemplo a Italia tienen 12 vuelos semanales y desde allí parte la fruta a otros lados, por eso en la parte logística hay cierta preocupación, ya que podríamos tener menos disponibilidad de bodegas”, reiteró.

A modo de graficar el panorama actual detalló que “la evidencia es que la carga impositiva nos hace perder productividad en una actividad que crece a nivel mundial, siendo que tenemos una calidad de agua que es de la mejor en el mundo que hace que tengamos una fruta muy dulce. Tenemos que invertir para hacer algunos cambios, ya que algunos mercados exigen frutas de otro tamaño o distinto sabor, pero hay productores que no tienen a veces para pagar la energía eléctrica y a eso se suman los impuestos, entonces cómo van a invertir. Hay que mejorar esa parte”.

Pannunzio explicó además que en 2019 “estábamos en 1.040 hectáreas plantadas” del fruto fino, pero, para este 2020, se estima que eso se redujo “a menos de mil. En esta cosecha serían 921 hectáreas, para más precisión”.
Diez mil puestos de trabajo temporario esperan ser ocupados
La actual demanda de mano de obra se refleja en cifras ya que Pannunzio admitió que serían alrededor de diez mil los puestos de trabajo temporario entre empaque y cosecha que esperan ser ocupados este año para la temporada. “Confiamos en que desde Nación atiendan a este pedido que en parte solucionaría la situación de mano obra pero creemos además que desde varios sectores de la agroindustria podríamos aunar esfuerzos para lograr un marco laboral de mayor estabilidad para los cosechadores y trabajadores rurales, garantizándoles más meses de empleo alternando las producciones de varios frutos de estación”, finalizó.
Fuente: Diario Redes de Noticias.

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