"Me cansé. . .
Me cansé de madres malcriadoras que dejan que sus hijos hagan lo que quieran, cuando quieran y con quien quieran.
Me cansé de niñitos maleducados que creen que pueden hacer lo que se les ocurra sin consecuencia alguna.
Me cansé de padres ausentes a quien la excesiva codicia los lleva a insumir cada minuto de su tiempo sin dedicarle alguno a la educación de sus hijos.
Me cansé de niños malvados que imitando a sus padres acaban siendo soberbios, vanidosos, arrogantes, maltratadores y hasta perversos y peligrosos.
Me cansé de docentes ineptas que no saben cómo esgrimir un conflicto, ni manejar un grupo de niños.
Me cansé de profesionales y autoridades negadoras que no quieren reconocer los problemas de la institución a su cargo.
Me cansé de maestras irresponsables que miran hacia otro lado para no ver lo que ocurre frente a sus ojos.
Me cansé de ser testigo obligada del frecuente sufrimiento de mi hijo.
Me cansé de escuchar cómo lo acusaban de mentiroso.
Me cansé de ver pesadas lágrimas correr por sus mejillas casi a diario.
Me cansé de mis lágrimas cayendo sobre las suyas.
Me cansé de escuchar las versiones de los demás que acababan por convencerme de que la equivocada era yo.
Me cansé del colegio que cultivó en mí la fe católica y me enseñó a obrar con espíritu cristiano, de manera contraria a todo lo que mi hijo sufrió durante este tiempo.
Me cansé, me agoté, me quedé casi sin fuerzas para seguir.
Con lo poco que me queda los perdono. Ojalá y a nadie le pase. ¡Que Dios los bendiga!".
