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Nuevos desplazamientos de barrancas se produjeron en las últimas horas en Diamante, donde en octubre de 2018 un desmoronamiento obligó al desalojo de 14 familias y afectó a cerca de 50 radicadas en ese lugar, según fuentes oficiales.

Tras recorrer la zona afectada entre las calles Catamarca y España, el intendente Lénico Aranda dijo que la ciudad “está en estado de alerta”.

“Estamos siguiendo lo que ocurre en la zona donde se produjo un nuevo desplazamiento de barrancas, por la situación de las familias”, detalló Aranda, quien consideró que la situación “se agravó ante la presencia de nuevas fisuras en el terreno”.

El jefe comunal destacó que reportaron lo ocurrido “tanto a Defensa Civil provincial como a Protección Civil de la Nación, con quienes mantenemos contacto cotidiano”.

En octubre, el fenómeno provocó una grieta de más de 30 metros de profundidad que puso en peligro viviendas y dependencias oficiales, incluso un centro de salud.

Ese desmoronamiento se produjo en la zona donde se encuentra el Centro San Roque y el Cristo Pescador, a pocas cuadras del casco histórico de Diamante, conocida como “ciudad blanca” por tener un área muy arcillosa en el perfil de la barranca.

En la década del 70 hubo un deslizamiento de barranca que provocó el desmoronamiento de la costanera y se llevó una porción importante de la historia de la ciudad.

En abril pasado, el gobierno de Entre Ríos anunció que un grupo de 16 geólogos, hidrólogos, hidráulicos, geotécnicos, especialistas en suelo, analistas económicos y ambientales trabajarían para consolidar las barrancas.

El proyecto, que involucra 3,7 millones de pesos, se logró tras un acuerdo con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y la entidad de docentes universitarios Fundagro, con el objetivo de realizar “estudios topográficos, geológicos y de calidad de materiales para hacer obras fundamentadas” durante seis meses.
Fuente: Uno

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