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Este miércoles se completaron los alegatos de la defensa de Jorge Rossi y Miguel Torrealday, en el marco del juicio oral y público por la causa que los tiene como imputados por el robo de bebés durante la última dictadura cívico militar. Los médicos hicieron uso de su derecho a pronunciar sus últimas palabras antes de la sentencia y dijeron ser “inocentes” de los crímenes de lesa humanidad por los cuales se los acusa. Sus defensores reclamaron la absolución. La sentencia se conocerá el 24 de octubre.

Por cuestiones de salud, el tercer procesado, David Vainstub, no concurrió a la audiencia. El presidente del Tribunal Oral Federal, Roberto López Arango, irá el lunes a su domicilio para darle la oportunidad de hablar antes del veredicto.

El magistrado dijo que dará a conocer su fallo una vez que transcurran los diez días hábiles previstos reglamentariamente, contados desde el próximo martes. Es decir que será a fin de mes.
Últimas palabras
Torrealday, Vainstub y Rossi son juzgados por la sustracción y sustitución de la identidad de los mellizos Valenzuela Negro, que nacieron en marzo de 1978 en el Hospital Militar de Paraná, fueron separados de su madre Raquel Negro y derivados al Instituto Privado de Pediatría (IPP).

De acuerdo con las pruebas de la causa, de allí egresaron en manos de personas extrañas a la familia. La melliza mujer restituyó su identidad en 2008. El mellizo varón todavía es buscado. Los médicos, como socios de la clínica, son acusados de haber sido cómplices de estos delitos. Cuando el juez le dio la oportunidad de decir las últimas palabras, Torrealday afirmó: “Este juicio me ha provocado un enorme daño, pero he concurrido en todas las audiencias en búsqueda de justicia, sabiendo soy inocente”

Por otro lado, su colega Jorge Rossi, que no había concurrido más que a la apertura del juicio, dijo: “Soy inocente, pero confío en su decisión, confío en la Justicia”, dirigiéndose a López Arango.

Desde hace años, pero sobre todo en el marco de este juicio, los organismos de derechos humanos, los querellantes y las familias Valenzuela y Negro vienen reclamando a los médicos del IPP que "rompan el pacto de silencio" y expliquen a quién le entregaron el mellizo. Por eso se esperó durante el debate el momento en que decidieran declarar.

Sin embargo, no hablaron en el transcurso del debate y sólo lo hicieron en la instancia de este miércoles. Pero no hicieron referencia a ningún dato útil para la investigación del paradero de quien hoy es un hombre de 40 años que vive bajo una identidad falsa.
Argumentos defensivos
Los alegatos de los abogados defensores giraron en torno a la supuesta falta de pruebas acerca de la responsabilidad de los dueños del IPP en los delitos investigados. Inclusive Walter Rolandelli, representante de Torrealday, sostuvo que no se acreditó que los mellizos hayan estado internados en la neonatología del Instituto, lo que mereció fuertes cuestionamientos luego de parte de la Fiscalía y las querellas, puesto que existe una sentencia judicial –de la causa Hospital Militar– confirmada por la Cámara Nacional de Casación Penal que lo da por cierto, además de los testimonios y documentación que se expuso en este debate.

Los primeros en alegar fueron Cristian Panceri y José Velázquez, quienes dijeron que “no le cabe ninguna responsabilidad penal a Rossi”, su defendido, y enumeraron algunas circunstancias para intentar fundamentar que no se demostró que Jorge Rossi haya atendido a los mellizos.

Por otra parte, se defendieron de la acusación de que no hicieron nada para denunciar ante la Justicia y el Consejo del Menor la irregularidad de la presencia de dos niños sin familiares, anotados uno con nombre falso y otro como NN, provenientes del Hospital Militar. Argumentaron al respecto que no existían protocolos de actuación en esa época y que actuaban “a prueba y error”.

Asimismo dijeron que Rossi no conocía el llamado “libro de producción” en que fueron registrados irregularmente los mellizos y que, en caso de que los hayan atendido, él y sus socios “cumplieron con su rol de médico”. El abogado Vélazquez pidió situarse en el contexto histórico político para entender –según su apreciación– que la situación “no generaba una sospecha”.

Rolandelli fue el encargado de poner en duda lo ya investigado. El defensor de Torrealday dijo en dos oportunidades: “No hay ningún hecho que pruebe que los chicos hayan pasado por el IPP”. También destacó la figura del médico: “Él también quiere encontrar al hermano de Sabrina (Gullino Valenzuela Negro). Termina autoinculpándose por querer hacer un favor, por mostrar el libro de producción a Estela de Carlotto”.

El letrado se basó además en el carácter de "sistema abierto" del IPP, en desacreditar los testimonios que complican a los galenos y en quitarle importancia al registro que es prueba clave de los acontecimientos. "El libro de producción no dice nada, no tiene ningún dato exacto, era meramente de contabilidad", porque a los dueños de la clínica "lo único que le interesaba era la plata porque tenían muchas deudas".
Las réplicas
En el momento de las réplicas, el fiscal Jose Candioti respondió duramente a Rolandelli: “Está absolutamente probado que los hijos de Raquel Negro estuvieron en el IPP”. Aludió a la sentencia Hospital Militar, a los “multiples testimonios” y al libro que “no era un mero libro contable”. Y agregó: “Si hay algo que hubo en este juicio fueron muchísimas pruebas para demostrar la responsabilidad con grado de certeza. Su aporte fue haber permitido la entrega de los bebés a personas extrañas”.

Por el lado de las querellas, Sofía Uranga replicó que las guardias no eran pasivas y mencionó las irregularidades en el registro de los mellizos. “Los registros fueron ocultando la verdadera identidad y manteniendo la clandestinidad. No hay ningún otro niño como NN”, afirmó.

Santiago Bereciartúa respondió a la defensa recordando que el propio Torrealday admitió que esos bebés eran los mellizos y haber tenido conocimiento de ellos, cuando se reunió con Estela de Carlotto en el año 2000 y con Sabrina en 2013.
Fuente: UNO Entre Ríos

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