La sorpresa más grande fue cuando notaron que no había signos de violencia. Se cree que el ladrón sabía muy bien lo que estaba haciendo y que trabajó cómodamente, con un total y libre acceso a las instalaciones, ubicadas frente a la parroquia Gruta de Lourdes. Las alarmas del establecimiento nunca se accionaron.
La denuncia fue radicada en la Comisaría Primera.
Para la comunidad educativa de las dos escuelas que comparten el establecimiento –la Escuela Secundaria N° 30 María Elena Walsh y la Escuela N° 9 Juan María Gutiérrez– es una gran perdida y apelan a que la policía pueda recuperar estos elementos vitales para el trabajo escolar.